No hay manera. Y no será por falta de apoyo ni de ganas. Tampoco por escasez oportunidades. Sergio Rodríguez volvió a dirigir (siete puntos, seis rebotes y 11 asistencias), Joel Embiid volvió a maravillar (22 puntos, seis rebotes y 4/4 en triples) y los Philadelphia 76ers volvieron a perder (0-5). De nuevo de forma dramática, en un final de infarto en el que tuvieron tantas opciones de ganar que cuesta creer que no lo hicieran. Sin embargo, las pérdidas de balón en los instantes finales (Embiid y Sergio), un triple Channing Frye que le daba su decimocuarta asistencia a LeBron y un último ataque en el que el pívot estrella no pudo recibir y acabó una penetración frustrada de Gerald Henderson, condenaron a unos Sixers que aún cuentan sus partidos por derrotas. La franquicia NBA de Pensilvania ha perdido 204 de los últimos 251 (las últimas tres temporadas completas más lo que va de ésta) y 43 seguidos entre octubre y noviembre (la última victoria, en 2013). La historia interminable...

¿Lo bueno? Lo bueno es que compiten casi siempre. Y gustan. Con 'El Chacho' al mando y Embiid como martillo a pilas (25 minutos de duración, al menos hasta enero), los de Brown son un equipo entretenido, que divierte tanto a la parroquia local (el pabellón, a reventar) como a los que ven los partidos desde casa. La pregunta es: ¿hasta cuándo seguirán divirtiendo si son realmente incapaces de ganar?

LeBron, 10º anotador histórico

Ni los triples de Embiid (qué talento), ni el empuje de Sergio ni los impagables extras que aportaron Okafor (14) e Ilyasova (21). Tampoco el peor Kyrie Irving que se recuerda (ocho puntos, 3/17 en los tiros). LeBron James no cede ante nadie y ya tiene a sus Cavaliers 6-0: único equipo invicto de la competición y su mejor arranque de siempre. Al Rey le faltaban solo dos puntos para entrar en un Top-10 histórico y, claro, no tardo en cerrar la hazaña. Con una bandeja pasó a Hakeem Olajuwon y es, a sus 31 años, el décimo máximo anotador de la historia de la NBA. Y, evidentemente, no se quedará ahí. Como tampoco lo hizo ayer: 25 puntos, ocho rebotes y 14 asistencias. Fácil, claro. Como siempre. Eso es lo realmente increíble: nunca, nunca para.