Los Timberwolves marchan 4-7 y de momento no han dado en absoluto esa imagen que se esperaba de bloque joven pero ya dispuesto a pelear por colarse en los playoffs del Oeste. Hay que recordar que no hay franquicia que lleve tanto tiempo (desde 2004) fuera de las eliminatorias por el título. La llegada al banquillo de Tom Thibodeau y el proceso de maduración natural de un bloque lleno de talento joven, con Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins al frente, parecían suficientes argumentos pero por ahora el equipo no responde, ha sumado derrotas inexplicables por parciales en contra incomprensibles (casi siempre en el tercer cuarto, al salir del descanso) y la defensa es cualquier cosa menos una estructura que merezca llevar la firma de Thibodeau, uno de los arquitectos defensivos más reputado de la última década en la NBA: solo hay siete equipos con peor rating en defensa.

Así que Thibodeau no está contento porque quería que los Wolves tuvieron su sello competitivo desde el principio y partía de la base de que solo con victorias jugadores como Towns y Wiggins podrían despegar hasta alcanzar su mejor versión. Seguir sumando derrotas no ayuda a nadie en Minny y Thibs podría estar ya planteándose el traspaso de uno de sus jóvenes valores para hacerse con un veterano de garantías que ayude en pista y en el vestuario.

En principio no han trascendido nombres en el apartado de salidas pero Towns y Wiggins deberían estar al margen de esos rumores mientras que ya hay un veterano al que se ha situado en la órbita de Thibodeau: su expupilo en Chicago Luol Deng, ahora en los Lakers y que como firmó en julio con los angelinos no podría salir traspasado hasta el 15 de diciembre. Un problema si realmente el técnico está tan interesado en mover piezas cuanto antes. Los Lakers, desde luego, podrían hacer hueco a alguno de los jóvenes valores (otra vez: Towns y Wiggins al margen porque a priori son intocables en traspasos que no impliquen un movimiento mastodóntico de nombres por cantidad y calidad) que tiene la plantilla de los Wolves, en la que Ricky Rubio siempre está pendiente de lo que se cuece en el mercado con, ahora mismo, la tranquilidad que le aporta el hecho de que Kris Dunn, número 5 del último draft, no brilló especialmente mientras el español estuvo fuera de las pistas con un esguince de codo.