Los Washington Wizards vestirán de negro esta madrugada para recibir a Boston Celtics. Un atuendo que muestra lo vital del partido para los capitalinos, pero no por motivos deportivos: se busca guerra. "Vamos de funeral", aseguró John Wall cuando se le preguntó por el color del uniforme. Y es que la rivalidad entre ambas plantillas ha aumentado de decibelios en los últimos partidos. Todo tiene su origen en Jae Crowder. El jugador verde acusó al exentrenador de los Wizards, Randy Wittman, de insultarle (maldecirle, comentó él) durante un partido de enero de 2016.

Wittman se fue, así que todo podría quedar ahí, sin embargo, en vez de mejorar todo empeoró. En el primer encuentro del curso, Wall fue expulsado con una flagrante tipo dos tras un encontronazo con Marcus Smart.

Nadie apaciguó los ánimos, y en el siguiente enfrentamiento, se fue un pasito más adelante. Crowder, en una acalorada discusión con el base, decidió tocarle la nariz. Wall estalló y cinco policías de Boston tuvieron que interponerse entre ambas plantillas en el túnel de vestuarios.

Mucha tensión que ha derivado en esa camiseta y pantalones negros, que en la NBA están más destinados a los Playoffs, cuando todos se juegan algo. La idea, según The Washington Post, salió de la cabeza de Bradley Beal. El escolta tiene una cuenta pendiente con Smart y, por ende, con todos los Celtics. Hace un año, el jugador de segundo año rompió la nariz de Beal tras un codazo involuntario. "Qué monos van a ir", se burló Isaiah Thomas al enterarse de la iniciativa de los Wizards. "Simplemente me reí (cuando lo escuché)... esto no es como si fuera un séptimo partido".