“Ben tiene el corazón roto. Quiere jugar, no hacerlo le está devorando. Pero no va a poder ser esta temporada”. Así explicaba Bryan Colangelo, general manager de los Sixers, que el número del último draft, Ben Simmons, no va a jugar en lo que resta de temporada y por lo tanto se va a pasar completamente en blanco su campaña rookie.

Colangelo, que también advirtió de que Joel Embiid se va a perder al menos los cuatro primeros partidos de los Sixers post All Star por sus problemas de rodilla, aseguró que el pie derecho de Simmons no se había recuperado al ritmo esperado y que lo último que piensan hacer en Philadelphia es arriesgarse a que se agrave su lesión, esa temida ‘fractura de Jones’ (que sufrieron Michael Jordan y Kevin Durant y que fue definitiva en la temprana retirada de Yao Ming) ya de por sí siempre muy complicada.

Los Sixers, sobre todo su técnico Brett Brown, habían dejado siempre la puerta abierta a que Simmons tuviera ya minutos en algún momento después del All Star Weekend, pero las pruebas que se le realizaron ayer al alero arrojaron resultados muy poco tranquilizadores. La lesión, en el quinto metatarsiano, llegó el pasado 30 de septiembre en el último día de training camp. Ahí, tras el pertinente paso por el quirófano, comenzó un largo proceso que parecía a punto de terminar en las últimas semanas, cuando el australiano de todavía 20 años comenzó a realizar entrenamientos casi completos con el resto de la plantilla. Ahora ha llegado este contratiempo que no lo será tanto si finalmente Simmons está listo, aunque sea en el inicio de la temporada 2017-18, para demostrar con su juego las razones por las que fue número del último draft.