CELTICS 129 - WIZARDS 119 (2-0)

Un legendario Isaiah Thomas (53) pone el 2-0 para los Celtics

Es la mayor anotación en playoffs desde 2003. El día del cumpleaños de su hermana, el base anotó 29 puntos entre el último cuarto y la prórroga
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"Hoy mi hermana habría cumplido 23 años. Así que lo mínimo que podía hacer era salir a jugar por ella". Y vaya si lo hizo. Isaiah Thomas le brindó a Chyna, fallecida en un accidente de tráfico no hace ni tres semanas, una actuación memorable. Se fue hasta los 53 puntos (18/33 en tiros que establecen un nuevo tope personal en su carrera) para poner el 2-0 para los Celtics. Nadie anotaba tanto en un partido de playoffs desde los 55 de Allen Iverson en abril  de 2003. Con él a los mandos, Boston remontó 14 puntos de desventaja (67-81 a 7:56 de la conclusión del tercer periodo) a unos Wizards que acabaron sin respuestas a la hora de frenarle. Daba igual que lanzara de tres, parara en un tiempo a media distancia o se fuera con todo hacia el aro. Isaiah acababa anotando. Cosechó 20 tantos en un último cuarto majestuoso que remató con otros 9 en la prórroga. En total 29, uno menos que los 30 que sumó Washington en los últimos 18 minutos. Una barbaridad que le convierte en el quinto 'celtic' en llegar al medio centenar de puntos en las postemporada.

El guion resultó calcado al del Game 1, aunque mejorado. Vimos un auténtico partidazo. Los visitantes, Markieff Morris incluido, arrancaron mucho más metidos y sacaron tajada de la empanada defensiva de los de Stevens. Especialmente un John Wall que fue de más a menos. Completó un primer acto primoroso en el que fundió a los Celtics con 19 tantos y 6 asistencias que sirvieron para cerrarlo con un +13 (29-42) para los capitalinos. Fue entonces cuando irrumpió la segunda unidad de Boston para igualar las cosas (empate a 62 poco antes del descanso). Marcus Smart y Terry Rozier equilibraron el duelo. Mención especial merece este último. Clave con sus triples en el último periodo, ayudó a cerrar el rebote y contribuyó decisivamente a frenar la hemorragia atrás. No es casualidad que acabase con un +25 el tiempo que estuvo en pista (el que más, de largo, del partido). Stevens lo vio claro y apostó por él como integrante del quinteto de bajitos (junto  a Thomas, Smart, Bradley y Horford) con el que Boston forzó el tiempo extra.

Los Wizards tuvieron el triunfo mucho más cerca que el pasado domingo, pero regresan a Washington con un 2-0 en contra que no resulta muy esperanzador. Los Celtics, que encadenan ya seis triunfos seguidos en esta postseason, jamás desperdiciaron tal ventaja en en una serie al mejor de siete encuentros: 34-0. Para voltear esta situación, los de Brooks necesitan sí o sí que Bradley Beal rinda a su mejor nivel. Wall (40+13 asistencias) una noche para olvidar del escolta durante los tres primeros cuartos. Una sobrecarga de responsabilidad que quizá fue la causante que llegara tan justo al tramo decisivo. Se echó en falta que ningún compañero apareciera para asumir la responsabilidad. Morris y el propio Beal hicieron el amago liderando un 0-9 de parcial que colocaba el 104-110 a menos de tres minutos. Pero Thomas apareció de nuevo igualando el luminoso con un triple y habilitando otro de Rozier con una asistencia. Si querían el triunfo, los magos tenían que apuntárselo en el tiempo reglamentario. Primero Wall y acto seguido Beal (Boston concedió un rebote que pudo resultar mortal) lo tuvieron en su mano, pero erraron el game winner. Ya en la prórroga, con un TD Garden absolutamente volcado, era cuestión de tiempo que los locales inclinaran la balanza de su lado. Isaiah Thomas tenía entre ceja y ceja hacerle el mejor de los regalos a su hermana y no iba a dejar que nada se entrometiera. 

Polémica

Antes del show final del base de 1,75, este protagonizó una acción que pudo cambiar el signo del encuentro. En el mejor momento de los Wizards en la primera mitad del tercer periodo (67-81), la cabeza de Isaiah impactó con el rostro de Otto Porter Jr. (¿cabezazo intencionado?). El alero tuvo que poner rumbo al vestuario ante la sangre que le brotaba de la nariz. Una acción que encendió aún más los ánimos de una serie caliente de por sí y que desembocaría poco después en una doble técnica al base y a Markieff Morris. A menudo, este tipo de situaciones facilitan la entrada en el partido del equipo que va por debajo... Justo lo que ocurrió. Los Celtics sacaron tajada del desconcierto y lograron reducir la desventaja de cara al último cuarto. O lo que es lo mismo, The Isaiah time. El momento de Isaiah Thomas.