REAL MADRID 87 - VALENCIA 81 (1-0)

El mejor Rudy del curso adelanta al Real Madrid en la final

El alero anotó 19 puntos, su cifra más alta de la temporada, y firmó un 2+1 clave para darle al Madrid la primera victoria de la final. Destacaron Llull, Reyes y Taylor.

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Rudy Fernández se plantó en la final sumergido en un mar de dudas, con nula confianza en su muñeca. Casi la daba por perdida y trataba de salir a flote con todos los sentidos alerta en defensa, agarrado al salvavidas de la concentración y al rol de jugador de intendencia con sueldo de estrella. Saltaba de día aciago en día aciago en ataque: 23 puntos en los seis primeros encuentros del playoff (en 129 minutos) después de quedarse a cero en dos duelos y en un tanto en otro. Y en el arranque de la final… Zas. Surgió de las aguas: 19 puntos en 24:01. Su cifra más alta de la temporada. Siete de doce en el tiro (3 de 5 de dos y 4 de 7 de tres), dos asistencias y dos robos. Factor clave en un primer asalto que vale más de tres cuartos de título, al menos es lo que dice la historia aunque hace un año no se cumpliera: el Madrid le remontó el 1-0 al Barça.

Apareció un Rudy certero. Ocho puntos en el primer cuarto, otros ocho en el tercero y un 2+1 decisivo en el último acto nada más regresar a la pista. Culminó a la carrera un balón robado entre Llull y Ayón a un Diot al que acorralaron junto a la línea lateral. Lo hizo con una entrada en escorzo (la de la foto de arriba). Canasta y personal. El base francés, imprescindible con Vives mermado, repartió 9 asistencias, movió a su equipo y recuperó a Dubljevic, pero perdió esa bola vital: 83-78 a tres minutos de la bocina.

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Real Madrid-Valencia: primer partido en imágenes

Los jugadores blancos celebraron la primera victoria.

El trofeo.

Wizink Center.

Cheeerleaders.

Cheeerleaders.

Cheeerleaders.

Gustavo Ayllón.

Rudy Fernández.

Rudy Fernández. y Joan Sastre.

Sergio Llull.

BALONCESTO 16/17

Sergio Llull y Guillem Vives.

Felipe Reyes.

Othello Hunter.

Bojan Dubljevic y Felipe Reyes.

Pedro Martínez.

Luka Doncic.

Sergio Llull.

Sergio Llull.

Rudy Fernández.

Rudy Fernández.

Pablo Laso.

Jeffery Taylor.

Sergio Llull.

Luka Doncic, Joan Sastre y Jeffery Taylor.

Sergio Llull y Rudy Fernández.

Sergio Llull.

San Emeterio.

Sergio Llull.

Sergio Llull.

1 / 29

El Valencia había mostrado músculo con el balón en las manos (52% en tiros de campo, 55% en triples), pero el Madrid atrapó más rebotes y embocó 22 de sus 30 lanzamientos de dos. La aparición de Rudy se sumó a la constancia de Llull, mala noticia para los de Pedro Martínez. Sin embargo, comprobaron in situ, en la boca del lobo, que es tan difícil como posible. Hay final y la gana el Madrid 1-0. De momento.

La clarividencia de Sikma.

La primera parte no dejó conclusiones, pero sí indicios para agarrarse a cualquier línea argumental. Tras el salto inicial el duelo se puso a bailar con Sikma, un cuatro con capacidad de leer el juego a toda prisa. Capaz de asistir para el contragolpe, de encontrar al otro pívot o al tirador liberado y capaz también de anotar (9 puntos en un suspiro). Pero se fue al banco, quizá muy pronto, y su equipo torció el gesto: del 12-18, la máxima taronja, al 21 iguales.

Llull acaparaba casi todo el juego. Buscaba permanentemente el bloqueo y continuación con Ayón y el Valencia trataba de frenarle con ayudas largas del pívot a ocho metros del aro. “Necesitamos ritmo y vamos todos andando”, decía Laso en un tiempo muerto. Y en pleno trote cochinero Rudy asomó en ataque: dos triples y una penetración.

En el segundo cuarto Doncic entraba en pista con mal pie, dos pérdidas seguidas, pero el Real empezaba a deslizarse mejor. Más actividad, más movimiento y más participación. La de Reyes y la de Carroll, por ejemplo, y sobre todo la de Taylor. Como Rudy, el sueco firmó algunos de sus mejores minutos ofensivos del curso. Más allá de acertar en el tiro, encaraba el aro con confianza y cuando tocaba. Un triple suyo ponía el 43-35 y entonces Sikma regresaba a la acción. El parcial de 0-8 devolvía el empate: 43-43. Dos cuartos sin ganador. Y se repetiría en el último. Solo en el tercero hubo desequilibrio (22-16).

Rudy añadió once puntos en el segundo tiempo para un total de 19 y Llull, fresco como una lechuga tras pasarse la mitad del acto final en el banco, remató. Lo hizo con las dos últimas canastas, 20 tantos. Un valor seguro. Igual que Reyes, otra vez al quite en auxilio de un incómodo Randolph. San Emeterio y Dubljevic habían apretado al máximo sin premio: 69-70 tras tres triples seguidos. El domingo repetimos.