Las Finales 2017 y toda la temporada, en realidad, en la NBA han girado en torno a la decisión de Kevin Durant de fichar por Golden State Warriors. Una que está a punto de borrar de un plumazo cualquier atisbo de fracaso y acabar donde se suponía (y con récord histórico si se culmina el 4-0) ya que cualquier cosa que no fuera el anillo de campeón habría sido vista como un desastre ante el talento que se reunión en la Bahía y la carga en su imagen pública que ha sobrellevado Durant a lo largo de estos meses.

Ahora que el título está a medio paso y que Durant tiene todas las trazas de acabar como MVP de las Finales, emergen más detalles de una gestión que culminó con la visita de los Warriors a Durant, en la que el general manager Bob Myers, tal y como cuenta Adrian Wojnarowski, simplemente le hizo ver que los Warriors podrían ganar algún anillo más sin él y que tal vez él ganara un par en su carrera si tomaba otro camino, pero que juntos podrían hacer cosas verdaderamente especiales. Si juzgamos por lo que hemos visto hasta ahora, así está siendo.

Pero además Zach Lowe ha narrado un nuevo detalle que sitúa el proceso de reclutamiento de KD mucho antes. Draymond Green ya tenía una muy buena relación con él y ya le había planteado la posibilidad de jugar juntos, pero según Lowe el ala-pívot, destrozado tras el séptimo partido de las pasadas Finales (cuando los Cavs completaron en el Oracle la mayor remontada de la historia), no esperó ni un segundo para poner a todas las partes en marcha. En su coche, todavía en el parking del Oracle Arena, Green hizo dos llamadas. La primera a Myers para decirle que tenía que fichar a Kevin Durant, que los jugadores lo querían y que lo dejaban en sus manos. Y en cuanto colgó llamó al propio Durant para convencerlo de que tenían que juntarse y formar un equipo imbatible. Dos semanas después, el alero anunció que no seguiría en OKC Thunder y que firmaría con Golden State Warriors, que hoy puede convertirse en el campeón de la NBA 2016-17.