Nueva vida para José Manuel Calderón, que ya ha recorrido los casi 400 kilómetros que separan Toronto, donde ha pasado siete temporadas y media y ha repartido casi 4.000 asistencias, de la MoTown: Detroit, una ciudad emblemática en la que juega un equipo emblemático, los Pistons. Una franquicia de más alcurnia que los Raptors que deja atrás pero con un presente no demasiado distinto: en reconstrucción y al acecho del vagón de cola de los playoffs y de un futuro a medio plazo mejor. Para los Pistons ese futuro está en una pareja interior joven y enormemente prometedora -Greg Monroe y Andre Drummond-, en el eléctrico base Brevin Knight o en los elegantes fundamentos de Kyle Singler, ex de Duke, Alicante y Real Madrid.

Ahí aterriza Calderón, en un cambio de aires cantado hace mucho tiempo, desde que Toronto le puso en el mercado en un esfuerzo renovador que le situaba en la diana por su alto contrato y por la dificultad de traspasar a un número 1 de draft pero sospechoso habitual en pista como Andrea Bargnani. La operación para los Pistons ha sido en primer lugar un asunto económico que le ha permitido vaciar la cuenta de cara a la próxima temporada con la salida de Prince y la llegada de un Calderón que cobra esta temporada más de diez millones y medio de dólares pero que queda libre en verano. Por eso las primeras teorías apuntaban a que el extremeño pasaría unos meses casi 'de alquiler' en Detroit antes de firmar en verano un nuevo y mucho más bajo contrato, quizá en un aspirante con necesidades en el puesto de base. Calderón cumple años pero sigue teniendo cartel de cumplidor primer base y proyección de excelente segundo espada en la rotación del backcourt. Sus más de 11 puntos y 7 asistencias por partido en los 45 partido que ha jugado esta temporada con los Raptors han solidificado la reputación de un jugador que pasó malos momentos por las lesiones musculares pero que ha mantenido una reputación firme a pesar de la locura que le ha rodeado en los Raptors, una franquicia adicta a la deriva.

Sin embargo, el futuro en los Pistons del español podría no tener los días tan contados como podría parecer, después de que incluso circuló la posibilidad de que un 'buyout' le liberara por la vía rápida del equipo con el que aún no ha debutado. Ahora mismo estos son los hechos: el técnico Lawrence Frank cuenta con Calderón como base titular, la franquicia tomará más adelante una decisión que bien podría ser su continuidad y su debut no se producirá, por problemas de visado, esta noche ante los Cavaliers sino el próximo domingo, nada menos que ante los Lakers, que visitan el Palace con sus propios problemas. Con una montaña de ellos, de hecho.

Es seguro que Calderón será titular cuando debute con la camiseta de los Pistons. Pese a que tiene competencia, Lawrence Frank visualiza un backcourt con el español y Brandon Knight, un joven base con más capacidad para anotar que para construir. De Calderón se espera equilibrio, mentalidad de playmaker, sumministro para los pívots y un par de enseñanzas de veterano para Knight, con tanto talento como necesidad de aprender el oficio. Con ellos y Kyle Singler, los Pistons tendrán un perfil más bajo después de haber estado formando con Knight, Singler y Prince.

Su continuidad de cara a la próxima temporada es desde luego una incógnita pero es buena señal que desde las oficinas de la MoTown se haya filtrado que no está descartada su continuidad y que, a un precio razonable, el equipo se plantearía seguir contando con un base veterano y solvente que ayude mientras se construye el futuro en torno a Knight, Monroe y Drummond. Todo dependerá del rendimiento que de el español, y el equipo con él durante este segundo tramo de la temporada, y de las operaciones que se pueda permitir la franquicia en el próximo mercado de agentes libres. En cualquier caso, Calderón será un jugador que despertará interés de varios equipos el próximo verano, siempre a partir de la base de que será por una cantidad económica muy inferior a la que percibe actualmente, el último coletazo del súper contrato que Toronto le firmó en el verano de 2008, y que le garantizó un total de 45 millones de dólares a cobrar a lo largo de las cinco siguientes temporadas.