Cuatro jornadas de la Liga Endesa han bastado para encumbrar a la nueva perla de la cantera del FIATC Joventut. Guillem Vives (20 años y 1,92), que antes de esta campaña sólo había jugado tres partidos en la ACB, es noveno en el ránking de valoración (16,8), quinto mejor anotador español (13,3 puntos),  séptimo  reboteador defensivo (4,5) y quinto en asistencias (5,5). Unos números de los que Vives se sorprende: "No me esperaba jugar tantos minutos. Cuando firmé mi contrato, en teoría, yo iba a ser el recambio de Albert Oliver y mi mentalidad era la de poder aprender mucho de él y ganar experiencia. Después él se marchó y llegó Cochran, que se lesionó. Eso me ha permitido tener minutos y creo que he aprovechado mi oportunidad". El base no tiene "ningún referente" y procura "aprender un poco de todos". "La pasada temporada me fijé muchísimo de Oliver y creo que me sirvió para ganar la experiencia que demuestro ahora".

Ilusionar. Sus objetivos son claros: "Me gustaría poder volver a ilusionar a nuestra afición y que revivieran el baloncesto de aquellos momentos de Ricky y Rudy. Jugar un playoff o una final de la Copa sería estupendo. Todos tenemos muchas ganas e ilusión para lograrlo".

Estudiante de psicología, proviene de una familia donde su padre jugó en la Salle Gracia y su madre lo hizo en la máxima categoría nacional, en el Betania, a las órdenes de Joan María Gavaldà.