ROCKETS 106-HEAT 103

Howard y Harden humanizan a LeBron y tumban a Miami

Los Rockets dejan en ocho la racha de triunfos de los Heat y se confirman como el mejor equipo de lo que va de 2014. LeBron, agotado en el segundo tiempo, no fue decisivo.

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NBA

Hakeem Olajuwon, uno de los mejores centers de siempre, vio en directo como uno de los mejores pívots de la actualidad, seguramente el mejor, incidía de forma decisiva y una y otra vez en el juego de su equipo. Es lo que se le pide a los gigantes de las zonas, más contra Miami Heat: proteger el aro, mantenerlo a salvo del gran especialista de la liga en sumar puntos de alto porcentaje. Hasta su visita a Houston, LeBron encadenaba 5 partidos con un total de 40 de 43 en tiros cerca del aro. Un dato casi irreal que minimizó un excelente Dwight Howard… y el cansancio.

Porque un día después de sus 61 puntos casi divinos ante Charlotte, LeBron mostró su lado mortal. Cansado: sí, cansado. Incluso él. Por eso nadie desde Wilt Chamberlain ha logrado dos partidos de más de 60 puntos seguidos. La tarea era difícil, más si se visita en back to back a uno de los equipos más en forma de la liga. La racha de ocho victorias seguidas de los Heat se atrancó en pista de los Rockets, que han ganado 12 de sus últimos 14 partidos y son con 20-6 el mejor equipo de lo que va de 2014. Pero más allá del trabajo defensivo organizado por McHale, cerrar las vías al aro con Howard como muro final, influyó el cansancio: LeBron se quedó en 22 pero 19 llegaron en el primer tiempo. En el segundo, 1/7 en tiros. En el último cuarto, ni un punto, casi seis minutos en el banquillo y un triple final a la desesperada y al limbo para empatar. Antes, tras una pérdida de Harden, un golpe con Howard dejó a LeBron resentido de su fractura nasal. En total, una mala noche en Houston.

Y sin embargo, a los Rockets les costó horrores roer al campeón, que recuperó 13 puntos ya en el último cuarto y que no entregó el partido ni con el 11-2 que ponía el 104-95 y parecía decisivo. Un bombardeo de triples casi salva a unos Heat que sin embargo remaron a contracorriente casi todo el partido ante unos Rockets en los que todo el quinteto se fue por encima de los diez puntos y en el que todos tuvieron su momento. Por supuesto Howard (22 puntos, 16 rebotes) y Harden (22 y 11 asistencias) pero también Terrence Jones (19, 12 rebotes), el infaltables Parsons (10 y 8) y un Beverley que metió 5 triples y defendió con el cuchillo entre los dientes. La unidad que le está funcionando a McHale y que tiene a los Rockets en ascenso en el Oeste: 41-19, a tres de los Spurs y a cuatro de los Thunder. Una piraña que puede sembrar el terror en los playoffs del Oeste.