Se quedó en 26 partidos. Ese es el número de derrotas consecutivas que llevaban los Sixers hasta esta noche cuando destrozaron, con una primera mitad de cine, a los Detroit Pistons (123-98). "Sólo queríamos salir y ganar un partido de baloncesto", señaló Thaddeus Young (21 puntos), uno de los principales artífices para que los de Philadelphia volvieran a ganar como hicieran en Boston hace ya exactamente dos meses (94-95).

El público del Wells Fargo Center vivió intensamente el partido. Y no era para menos, desde el 15 de enero ante Charlotte Bobcats no veían la victoria de su equipo, lo que significaba 18 derrotas seguidas en casa, una menos que el récord establecido por los Dallas Mavericks en la temporada de 1993-1994.

"No es algo de lo que quiera formar parte, así que es genial la victoria", subrayó Michael Carter-Williams (21 puntos) en referencia a que si el equipo hubiera perdido esta noche no sólo hubiera superado la racha negativa de los Cleveland Cavaliers de 2010-2011, sino que hubieran establecido un nuevo récord negativo dentro de las cuatro grandes ligas americanas. Porque también habrían empeorado el registro de los Tampa Bay Buccaneers que no disfrutaron de la victoria en los 26 encuentros que disputaron desde el 12 de septiembre de 1976 al 4 de diciembre de 1977.

Y lo mejor no fue sólo volver a ganar, sino la forma con la que el equipo se volvió a reencontrar con ella. Desde el principio, los Sixers, el equipo más joven de la historia de la Liga, mantuvo el control del partido, llegando al descanso con 70 puntos (70-51), para finalizar el tercero con una renta, que a la postre, sería insalvable (98-68) para unos Pistons, donde sólo Greg Monroe (20 puntos y 10 rebotes), Rodney Stuckey (17) y Caldwell-Pope (16) sabían que estaban disputando un partido de baloncesto.

"Salieron y compitieron, querían más que nosotros", dijo Stuckey al finalizar el encuentro. El escolta tuvo mucho protagonismo debido a que Jennings fue expulsado por doble técnica y sólo estuvo junto a sus compañeros diez minutos. Unos compañeros que necesitan que Drummond aparezca de forma más explosiva (sólo ocho puntos) si no quieren repetir el próximo año los pecados de este (undécimos, 26-47).

La victoria trajo también otro récord, pero esta vez positivo para los Sixers. El margen de triunfo de 25 puntos con el que detuvieron su mala racha es el mayor conseguido por un equipo con al menos 20 derrotas seguidas en la historia de la NBA.

Los márgenes más amplios de triunfo después de una racha de al menos 20 derrotas son de los Sixers (2013-14), con 25; los Denver Nuggets (1997-98), con 18; los Cleveland Cavaliers (1981-82), con 12, y los Nueva York Knicks (1984-86), con 10, según señala la Agencia EFE.