THUNDER 107 - SPURS 112 (2-4)

Tim Duncan siempre aparece

El ala-pívot decidió en la prórroga un auténtico partidazo entre dos colosos. Diaw y Ginóbili, también claves. Durant y Westbrook no encontraron respuestas. Miami aguarda.

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Tras una final del Oeste algo atípica por las abultadas diferencias cosechadas en los cinco primeros partidos por los dos mejores equipos de la Conferencia, San Antonio y Oklahoma City dejaron toda la incertidumbre, tensión, nervios y emoción para el sexto y decisivo duelo. Tanto fue así que hubo que recurrir a la prórroga (la novena de estos playoffs) para determinar la clasificación (107-112) de los Spurs a las Finales de la NBA. Por el camino quedan unos Thunder que consiguieron remontar una desventaja de 12 puntos en el último cuarto, pero que acabaron ahogándose en la orilla. La clase y experiencia del sempiterno Tim Duncan resultaron fundamentales en el tiempo extra. Su figura se agrandó justo a la vez que Durant y Westbrook se cortocircuitaron en ataque. Los de Brooks se quedaron sin anotar en los últimos 2:22 minutos, lo que permite a los texanos tener la oportunidad de cobrarse la revancha ante los Heat sólo un año después de quedarse sin anillo ante LeBron y compañía en el séptimo encuentro de la eliminatoria por el título.

Los pupilos de Gregg Popovich no tuvieron su mejor día de cara al aro (en las tres victorias anteriores alcanzaron el 50% en tiros de campo), circunstancia que compensaron con las segundas oportunidades que les brindaron los rebotes ofensivos (16 por nueve de su rival), aprovechando las pérdidas thunder (19 en total, 14 de las cuales llevaron la firma de 'Durantula' y Russell) para traducirlas en canastas fáciles y sacando partido de su fondo de armario (las diferencias entre ambos banquillos volvieron a resultar escandalosas: 51-5). Además, contaron con otro factor determinante: Boris Diaw. El ala-pívot francés ha rendido de forma brillante a lo largo de la serie, promediando 13 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias (por los 8, 3 y 2,5 registrados en las rondas anteriores). Lo de esta noche supuso el broche de oro a su gran actuación. Es difícil llevar la cuenta de jugadores que al servicio de Popovich han vuelto a mostrar su mejor versión o han ofrecido un nivel que nadie esperaba. Con 26 puntos (su mejor anotación de lo que va de curso y la más alta en playoffs desde que lograra 30 en 2006 con la camiseta de los Suns) acabó convirtiéndose en el máximo anotador de su equipo, aportando en ataque cuando se le requería y rayando a gran altura en defensa.

Diaw es el paradigma perfecto para explicar las diferencias entre Spurs y Thunder. Los primeros se pueden permitir el lujo de competir sin uno de sus mejores jugadores, tal y como ocurrió con Tony Parker, quien se quedó sin disputar la segunda mitad debido a un esguince que arrastra en el tobillo izquierdo desde el cuarto partido, tal y como reveló su entrenador posteriormente en rueda de prensa. Con casi toda probabilidad, OKC hubiese acusado sobremanera la baja de alguno de sus tres estiletes: Durant, Westbrook e Ibaka (ver los dos primeros de la serie sin el ala-pívot nacionalizado español). El particular ‘Big Three’ de OKC y Reggie Jackson superaron los 40 minutos sobre la pista con holgura, lo que contrastó con la presencia sobre el parqué de sus oponentes, en los que sólo Kawhi Leonard (aportando  una vez más en ambos aros) superó esta cifra. Un indicio que, aparte de suponer una falta de frescura de cara a los instantes finales, reincide en la importancia de contar con un bloque de confianza formado por al menos siete u ocho jugadores. Hoy por hoy, los Thunder no cuentan con uno. Por algo parecido se acabó marchando LeBron de Cleveland en 2010.

No obstante, esta asfixia no estuvo presente en la primer parte, en la que los locales fueron casi todo el tiempo por delante. Westbrook destacó en el primer cuarto y Jackson, quien se ha especializado en brillar ante San Antonio (tres de sus seis mejores anotaciones de la temporada fueron ante ellos), le tomó el relevo en el segundo para anotar nueve de sus 21 puntos. Mientras tanto, Durant ejercía su liderazgo con eficacia. Diaw y Leonard fueron los encargados de mantener a los actuales subcampeones a una distancia prudente (49-42 al descanso).

Tras la reanudación, los Spurs se desperezaron para completar un parcial de 20-37 en el tercer periodo. Pasaron de anotar 4/18 triples en los primeros 24 minutos a 4/6 en los siguientes 12. Dos de ellos en los últimos 30 segundos que les colocó 10 arriba (69-79). Para evitar quedarse sin opciones antes de tiempo, era fundamental que los de Brooks aumentaran su agresividad en ataque. Así lo entendió el propio técnico: “Tenemos que ir más a la línea de alguna manera”, explicaba. Cuando pronunció esta frase sus pupilos habían lanzado 12. Acabaron tirando 34, 18 en el último cuarto. Brooks lo apostó todo por el small ball (con Ibaka como único interior) y el acierto de KD y Westbrook desde la personal y la labor del base con sus penetraciones e intensidad defensiva (robó hasta seis balones, uno de ellos decisivo a menos de dos minutos para la conclusión y con su equipo cuatro abajo en el marcador) permitieron que todo se decidiera en el último minuto

En estos últimos 60 segundos se produjo el primer empate y cambio en el marcador dentro del último cuarto de toda la eliminatoria. Durant, con cuatro puntos consecutivos, pareció erigirse en el héroe que forzaría el séptimo partido para los suyos. Aquí se le acabó la gasolina al MVP. Mientras tanto, Ibaka (16 puntos, cuatro rebotes y cuatro tapones) jugaba el mismo papel en su propio campo. Colocó dos tapones en dos ataques consecutivos a Duncan y Ginóbili (este último ilegal ya que el balón había tocado antes el tablero, pero San Antonio no reclamó la revisión y no se pudo corregir). No obstante, con 99-97 en el electrónico y con los visitantes contra las cuerdas Ginóbili apareció para clavar un triple que dejó helado el Chesepeake Energy Arena (los árbitros parecieron devolverles lo que les quitaron segundos antes al no señalar una posible falta en el bloqueo indirecto de Duncan para la salida del escolta argentino que acabó con Fisher por los suelos). Poco después, tras una nueva pérdida 'Durantula' provocada por Leonard, acudiría a la línea. Su error en el segundo lanzamiento permitió que Westbrook consiguiera el empate a 101 al no temblarle el pulso en dos tiros libres que dispuso (17/18 a lo largo de la noche) a nueve segundos para el final. El propio Ginóbili pudo evitar la prórroga, pero su tiro dio en el aro. No había tiempo para más, el palmeo ganador de Duncan estaba fuera de tiempo.

En el tiempo extra ambos equipos se fueron intercambiando golpes. Un tuya mía hasta que Tim anotó dos libres y una canasta bajo el aro tras bailar a Ibaka en el poste que puso el 107-110 con 19 segundos por jugarse. El apogeo del eterno ala-pívot (logró su doble-doble número 155 en playoffs y se coloca a solo dos de Magic, quien más ha alcanzado en la historia, además de ser el jugador más veterano en superar los 15 puntos y 15 rebotes en un encuentro de la postemporada desde que Robert Parish lo hiciera en el 93) contrastó con el bajón de Durant y Westbrook. Fundidos, no supieron encontrar la calma y sangre fría necesarias para darle la vuelta a la situación. Pese a que sumaron 65 tantos entre ambos, no fue su noche, tal y como demuestran las siete pérdidas de balón que cada uno cometió. Una losa que al final se acaba pagando. San Antonio jugó con mejor criterio los instantes decisivos. Hizo valer su veteranía e intensidad ante la ansiedad thunder. No hay otra lectura que hacer de este magnífico espectáculo que ambos nos ofrecieron. Un partidazo como aperitivo de las Finales.