Pese a que no hay nada aún oficial, todo el mundo en la NBA da por hecho el traspaso de Kevin Love a los Cavaliers. Como contraprestación, los Timberwolves recibirían a Andrew Wiggins, Anthony Bennett (a su vez sería podría ser enviado a Philadelphia) y una futura primera ronda de draft. Al estar incluido Wiggins en la operación, esta no puede ser efectiva hasta el próximo día 23, fecha en la que se habrán cumplido ya los 30 días de la firma de su primer contrato profesional, lo que significa que contará ya con luz verde para poder ser incluido en cualquier movimiento de mercado. Por ello, ambas franquicias se andan con mucho ojo para no contradecir la normativa. El acuerdo no se hará oficial hasta dentro de 13 días.

Sin embrago, el principal problema que podría anular el fichaje de Love es el acuerdo al que este habría llegado ya con Cleveland para renovar su contrato el próximo verano. De poder demostrarlo ahora, la NBA se vería obligada a vetar el traspaso y a sancionar a ambas franquicias, informa la 'ESPN'. El ala-pívot tiene un contrato firmado hasta la campaña 2015-16, si bien podría optar por ejecutar la opción de jugador existente en el mismo y quedar libre en 2015. Lo que, según adelantan medios estadounidenses, sucedería pese a su llegada a los Cavs. Es más, el entorno del jugador habría alcanzado ya un acuerdo con la franquicia para renovar dentro de 12 meses. El acuerdo sería por los siguientes cinco cursos y el máximo estipulado, 120 millones de dólares. El problema reside en que la NBA prohíbe negociar con jugadores de otras franquicias, además de no ser agente libre hasta dentro de un año. Tal y como es el caso de Love. A todos los efectos es jugador de Minnesota. De poder demostrar, algo ciertamente complicado, que existe un acuerdo entre los Cavaliers y el de Santa Mónica, la Liga podría vetar el traspaso.

Una de las partes implicadas en la operación, los Timberwolves, ya fueron sancionadas por una actuación similar en el año 2000. Por aquel entonces, firmaron con un bajo contrato a Joe Smith, a quien le prometieron que recibiría una cantidad mayor una vez lograran despejar su margen salarial. La NBA se vio obligada a intervenir, multando al equipo con 3,5 millones de dólares y retirándole cuatro futuras primeras elecciones de draft.