MINNESOTA TIMBERWOLVES

Ricky Rubio, "leal a Minnesota" aunque la renovación se atasca

El base español, aunque da prioridad a los Wolves, sigue sin aceptar una renovación cifrada por la franquicia en unos 40 millones de dólares por cuatro temporadas.

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Ricky Rubio, "leal a Minnesota" aunque la renovación se atasca

Sigue pareciendo largo el camino que tienen que recorrer Ricky Rubio y Minnesota Timberwolves para la renovación del contrato del base español, al que le resta un año a razón de 5 millones de dólares antes de una temporada 2015/16 en la que la franquicia puede extenderle la qualifying offer a razón de 6,7 millones para convertirle en agente libre restringido. La idea de los Wolves es seguir contando con Ricky, que se convertiría además en un jugador de mucho peso tras la salida de Kevin Love y en la construcción de un nuevo y muy interesante proyecto con Andrew Wiggins Anthony Bennett, Zach Lavine,Thaddeus Young o el pívot Gorgui Dieng, que brilló como rookie cuando estuvo lesionado Pekovic. Pero las posturas por ahora siguen sin estar cerca…

La oferta de los Timberwolves no se mueve de unas cifras que rondan los 40 millones por cuatro temporadas, y el entorno Ricky no tiene prisa y prefiere aguantar el pulso para ver si los movimientos del mercado le abren las puertas a un contrato mejor. A poder en Minnesota, eso sí: “Tengo un sentimiento de lealtad hacia el equipo, quiero devolver todo el cariño que me han dado”, aseguró en charla con Adrian Wojnarowski una vez que España había quedado eliminada del Mundial.

Flip Saunders, que maneja los despachos en Minnesota y ahora se hará cargo también del banquillo, tiene que tomar una decisión simple pero a la vez muy complicada, de esas que pueden marcar el futuro de los franquicias para bien o para mal: apostar por Ricky Rubio como una de las piedras fundacionales de los nuevos Wolves o comenzar a diseñar un futuro sin el español. Un paso fundamental al que seguirá tarde o temprano la obligación de repensar la situación de Nikola Pekovic, que tiene casi 50 millones garantizados hasta 2018 y que, con 28 años, puede no ser ya un jugador estratégico pero un equipo en reconstrucción y que terminó la temporada pasada prendado con la producción y la actitud de Gorgui Dieng.

La salida de Kevin Love deja a los Timberwolves sin su gran referente, un jugador de números estratosféricos pero que no consiguió jugar playoffs en ninguna de sus seis temporadas en una franquicia con la que estaba finalmente abocado al divorcio. Para Ricky el cambio se puede analizar en términos de trauma pero también de oportunidad. Su valor de mercado está en sus 8,6 asistencias y 2,3 robos por partido, si bien las dudas que le rodean tienen que ver con su tiro, su capacidad para estabilizar su capacidad anotadora y, en definitiva, para ser un base que realmente sujete al equipo en viajes largos por los playoffs. Básicamente, lo que se le pide a un jugador al que se firma un contrato por el máximo o cifras cercanas. “Me encantaba jugar con Love”, sigue en sus declaraciones a Yahoo, “hicimos una gran primera temporada juntos pero después no tuvimos suerte con las lesiones. De no ser por ellas seguramente habríamos llegado a playoffs y quizá más allá de la primera ronda… “.

Después, ni siquiera llegó a hablar con el ala-pívot, que se ha marchado a Cleveland a jugar con LeBron, de los constantes rumores que le situaban lejos de la fría Minnesota: “Si quería marcharse, no había demasiado que pudiera decirle. Me encantaba jugar con él, pero jugaré con aquellos que sí quieran estar en nuestro equipo. Kevin quiere ganar y ha estado aquí seis años sin jugar playoffs. Así que le entiendo. Si yo fuera uno de los mejores jugadores de la NBA y no me hubiera estrenado en playoffs después de tanto tiempo, supongo que estaría también muy frustrado. Pero eso ya es pasado: ahora tenemos jugadores que sí quieren estar con nosotros”.

Lo que está por ver y se resolverá seguramente antes del 31 de octubre, es el papel de Ricky en ese nuevo puzzle y hasta donde llegan ambas partes en las negociaciones. Porque a priori un equipo con el español, Lavine, Wiigins, Young o un Bennett reinsertado con esta segunda oportunidad suena, como mínimo, absolutamente divertido.