LAKERS 98-NUGGETS 95

Kobe, listo para el último desafío

13 puntos y 5 asistencias para un Kobe Bryant en gran estado físico y bien acompañado por un Nash también revitalizado. Los Lakers de Scott quieren recuperar el orden.

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NBA

Le han dicho tantas veces que no volverá a ser él mismo, parece tan remotamente difícil… que es probable que lo consiga. Él sí. Casi siempre es arriesgado apostar contra Kobe Bryant, al menos poner mucho dinero en su contra sobre la mesa. Y ahora, precisamente porque casi todas esas apuestas le señalan con el dedo, quizá haya encontrado el carburante para seguir jugando de maravilla al baloncesto. Sencillamente eso: con 36 años, después de cinco anillos en 18 temporadas y sólo 6 partidos jugados en la última. A lomos de esos más de 48 millones por dos años, a todas luces excesivos y que le han puesto -aún más- en el disparadero. Y en un equipo que tendrá difícil estar en playoffs, no digamos moverse en la prohibitiva zona noble del salvaje Oeste. Contra eso, contra casi todo: Kobe Bryant.

En el primer partido de pretemporada de los Lakers, en cierto modo una experiencia más placentera para los aficionados de la ahora traqueteada franquicia que toda la temporada pasada junta, Kobe Bryant jugó 20 minutos en los que anotó 13 puntos y repartió 5 asistencias. Salió como un obús, después de tantos meses contenido fuera de las pistas, y participó en los 13 primeros puntos de su equipo: 6 anotados, 7 asistidos por él. Al final del primer cuarto, llevaban 13 y 7 asistencias entre él y un también revitalizado Nash. Sus movimientos fueron los de antaño, al menos cercanos a los del último gran Kobe, su electricidad competitiva pareció intacta y los gritos de ‘MVP’ surgieron entre el público de San Diego, que al menos se lo pasó bien. Kobe jugó poco pero pareció capaz de jugar toda la noche: “Podría haber seguido corriendo sin parar durante horas. Haciendo dos años, quizá tres, que no estaba así de bien físicamente”.

Los Lakers, por cierto, ganaron a unos Nuggets en los que todavía no jugaron Gallinari ni McGee y en los que dieron réplica primero Afflalo, después Mozgov y finalmente Quincy Miller, que cerró el partido con un triple casi desde su zona. Sin empachos ni conclusiones precipitadas, el partido enseñó un atisbo de lo que pretende Byron Scott: unos Lakers más ordenados y más serios en una defensa que fue a más a pesar del carrusel de rotaciones. No lo tiene difícil tras la circense etapa D’Antoni y con las expectativas suficientemente moderadas en las instalaciones de El Segundo.

Se trata simplemente de que el equipo funcione al nivel que le permite su roster actual y de una forma más o menos saludable, consciente todo el mundo de que hay para lo que hay, nada más. En ese marco, y más allá de la satisfacción que para casi cualquier aficionado laker supone ver a Kobe haciendo su trabajo, destacó un Nash que quizá pueda dar todavía algunos buenos minutos (40 años: el jugador más veterano de la NBA) y unos rookies con mimbres para hacer carrera, que enseñaron pecados de juventud pero mucho talento: Clarkson anotó 14 puntos con una selección de tiro como mínimo cuestionable y Randle no tuvo la continuidad que dan los partidos pero dejó claro que ahí hay jugador: 10 puntos y 8 rebotes. Por lo demás, y con Jordan Hill como ancla, los Lakers tienen al menos una buena cuota de talento ofensivo, con Young y Henry lesionados y una versión de Ed Davis que, otra buena noticia, se pareció más a la de Toronto que a la de Memphis.

Sólo es el primer partido de pretemporada y hay que partir de la base de que la mejor versión de estos Lakers no será ni mucho menos una gran versión de los Lakers, ni siquiera una para llegar muy lejos en la inminente temporada. Pero al menos Byron Scott tiene un plan, un atisbo de lo que es esa casa que tan bien conoce y que trata de ordenar y limpiar. Falta hacía. Y tiene, o al menos parece que va a tener, a Kobe Bryant. Contra casi todas las apuestas...