Tras la derrota ante Oklahoma City Thunder, Rick Carlisle aseguró que el principal fichaje de los Mavericks, Chandler Parsons, había llegado tras las vacaciones con exceso de peso, un problema para un jugador en el que la franquicia texana tiene invertidos 46 millones para los próximos tres años. Parsons se pasó el verano en el gimnasio, ganando un volumen de músculo que le ha hecho pasar de los 97 kilos que pesaba en los Rockets a los 106 con los que se presentó en el training camp de los Mavs. Y Carlisle le recriminó: “Ha jugado como si estuviera cansado, con tiros que se quedaban cortos. Está algo más pesado de lo que debería, quiero verle en torno a los 100 kilos, con 102 o menos…”.

Parsons, que ya se había referido anteriormente a este asunto asegurando que Carlisle “tenía una opinión distinta a la suya a la hora de evaluar qué es y qué no es estar pasado de peso”, ha respondido esta vez con una imagen, colgada en su cuenta de Instagram, en la que aparece desnudo de cintura para arriba. ¿Le resultará ingenioso al notablemente estricto técnico de los Mavericks?