Stephen Curry no ha dejado pasar ni un sólo día para demostrar que puede ser un serio aspirante al título de MVP de la temporada regular este curso. El base de los Warriors del debutante en los banquillos Steve Kerr ("Me reía de Rivers y Thiboadeau y ahora veo que tiene sentido lo que les pasa", dijo el exjugador con una notable ronquera) aniquiló por completo a los Kings en Sacramento (77-95) con unas cifras espectaculares: 24 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 6 robos. Más completa no pudo ser su actuación. El único pero que se le puede poner es que sus porcentajes de tiro no fueron demasiado buenos (7/17 en lanzamientos de dos y 2/9 en triples), pero lo compensó con el resto de su trabajo.

Enfrente, DeMarcus Cousins (20 puntos y 11 renotes), con problemas de faltas, fue el que trató de tirar de un equipo que no termina de encontrar su sitio en esta Liga y que si no mejora está abocado a quedarse de nuevo fuera de los playoffs. Y lo tendrá más difícil si no espabila su rookie Ben McLemore, que se quedó sin anotar con una serie de 0/7 en los lanzamientos y apenas ayudó en otras facetas en más de 26 minutos de juego. Tampoco Rudy Gay estuvo estelar (14 tantos) y así todo se les hace más complicado a estos Kings.

Los Warriors, que tenían la baja del lesionado David Lee, si contaron con buenos minutos de Klay Thompson (19 puntos), Speights (16) y Draymond Green (12) y movieron el balón mucho mejor que su rival (21-13 en asistencias). Aún así, les costó despegarse hasta el tercer cuarto con un parcial de 14-26 que empezó a decidir el duelo. En el último periodo, se dasató todo el talento de Curry, que dejó un par de penetraciones espectaculares con las que echó el cierre al encuentro. Una de ellas tras coger el rebote en su aro y acabar la jugada en el contrario a seis minutos del final (69-82).