Los Thunder perdieron en su pista ante los Nets. Suman cinco derrotas seguidas y son el peor equipo del Oeste: 3-11. Sólo el 0-12 de los Sixers les queda por detrás en toda la NBA. El equipo de Oklahoma tiene la obvia excusa de las lesiones pero lo que no tiene es tiempo: en el Oeste no se puede ceder ni un palmo de terreno y ellos lo están cediendo, tan mermados, a hectáreas.

La pasada temporada, la barrera en los carísimos playoffs del Oeste estuvo en el 49-33 del octavo clasificado, Dallas Mavericks. En una referencia similar, y la Conferencia parece todavía más poderosa, el equipo de Scott Brooks sólo podría perder 22 partidos más. Así que tendría que firmar un 46-22 en lo que le queda por delante: casi un 68% de victorias. Pero cuando todo eran malas noticias, llega la mejor posible: Kevin Durant y Russell Westbrook acuden al rescate y podrían regresar a las pistas la próxima semana.

Con ellos dos de vuelta, desde luego, ese 68% de triunfos parece como mínimo probable. La recuperación de ambos está siendo vertiginosa: la fractura en un pie de Durant antes del inicio de la temporada le iba a tener a priori apartado de las pistas en torno a ocho semanas. La de la mano de Westbrook en el segundo partido del equipo apuntaba a una baja de entre cuatro y seis. Sin embargo, ambos estuvieron tirando a canasta antes del duelo ante los Nets y están a punto de volver a los entrenamientos. La prensa de Oklahoma vio a Westbrook lanzar con su mano lesionada y a Durant hacer un par de mates y caer sobre su pie lastimado y recuperó el optimismo.

Scott Brooks confirmó que ambos entrenarán hoy sábado aunque todavía en la parte de ejercicios sin contacto. Si todo va bien, podrían estar en la recta final de su recuperación y un regreso inminente parece muy probable, especialmente en el caso de Westbrook. Con sus dos súper estrellas a punto y en formato contrarreloj hacia los playoffs, los Thunder pueden convertirse en el gran terror de la Regular Season. La lucha por el título depende de ellos.