El viernes pasado los Cavaliers jugaron en Washington uno de los peores partidos de la temporada. Se quedaron en 78 puntos y en un 36% en tiros de campo (22% en triples). 19 pérdidas, sólo 13 asistencias... y un encuentro en el que sólo LeBron James y Kyrie Irving dieron algo la cara: 22 puntos cada uno. Esta noche, de vuelta al Quicken Loans Arena, la segunda parte de esta bella rivalidad que han tenido en este inicio de año Wizards y Cavaliers fue muy diferente. La franquicia de Cleveland, necesitada de ganar para no alejarse demasiado de los primeros puestos del Este, dio un golpe encima de la mesa y demostró que pese a su irregularidad sigue siendo, sino el favorito, uno de los candidatos principales para ganar la Conferencia en mayo-junio. Algo lógico, claro está.

Y es que con esta apertura de poder que ha sufrido el 'lado débil' de la NBA (el Este), sólo Toronto parece ahora mismo un escalón (o varios) por encima del resto. 13 victorias llevan los Raptors, por 9 de Wizards, Bucks y Bulls, que le sacan una victoria a Hawks, Heat y Cavaliers. De ahí la importancia del triunfo de hoy. 51% en tiros de campo, 10 pérdidas, 23 asistencias y seis jugadores con 10 puntos o más. El que más, LeBron. 

Un LeBron que fue un auténtico huracán: 29 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias, y lo mejor, la vuelta a esa sensación de superioridad que vivimos durante tantos años en Miami y que parecía perdida en este primer mes de la película en la que se ha convertido aquel 'I'm Coming Home' anunciado en julio.

A pesar de tener el partido encarrilado al descanso (58-46) y al término del tercer cuarto (81-67), David Blatt mantuvo en pista a James 36 minutos. Exceso de minutaje en una búsqueda ansiosa por recuperar sensaciones y comenzar a mantener cierta regularidad en el juego de su estrella, algo incómoda por su bajada de tono muscular durante el verano. LeBron, además de adaptarse a sus nuevos compañeros y al sistema de juego de un entrenador novato en la liga, debe llegar a abril acomodado no sólo a ellos, sino a su propio yo. En agosto había perdido 4,5 kilos y todavía hoy se mantiene en una dieta que no sólo se refleja en su peso, sino en su juego. A sabiendas de que la edad comenzaría a hacer estragos en sus músculos, el alero decidió ser más ágil y rápido perdiendo potencia y juego al poste. Con la llegada de Love, los minutos como '4' que tanto disfrutó en Miami se disminuirían, por lo que arriesgó. Los resultados se verán, como todo en la NBA, en Playoffs, pero el proceso se puede seguir día a día, partido a partido. Y hoy fue alegre.

Los Wizards tiraron el encuentro muy pronto y de los titulares sólo John Wall pasó de 30 minutos de juego. Se mantienen terceros en el Este y ahora viven centrados en recuperar la mejor versión de Bradley Beal, lesionado hasta hace unos días. Esta noche volvió a la titularidad y aunque no estuvo acertado (4 de 10) la pareja que forma con Wall merece el precio de la entrada.