SPURS 119-BLAZERS 129

Los Spurs caen de nuevo derrotados en tres prórrogas

Los texanos jugaron su segundo partido seguido con tres tiempos extra. Si el jueves perdieron ante Memphis, esta madrugada lo hicieron ante los Blazers.

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Que la Conferencia Oeste es una auténtica locura, lo sabe todo el mundo, pero nadie como los San Antonio Spurs lo han sufrido tanto en sus dos últimos partidos. La afición texana volvió a disfrutar de un partido de altura, de los que hacen amar el baloncesto en general y la NBA en particular. Aunque como el jueves pasado ante Memphis, la felicidad no pudo ser completa y como aquella madrugada, ellos fueron de nuevo los 'primos' de la partida de póker.

De nuevo, Popovich y los suyos sufrieron tres prórrogas, tres tiempos extra para un equipo cuyas principales armas superan con amplitud la treintena y se acercan peligrosamente a la cuarentena (Duncan, 38 años). En sus 43 años de historia, la franquicia texana sólo había jugado dos encuentros con tres prórrogas y en los tres últimos días han igualado esa marca. Desolador. Todo un esfuerzo para el campeón de la NBA que como en la derrota contra los Grizzlies de Marc Gasol no pudieron contar ni con Parker ni con Kawhi Leonard. Dos piezas claves. Las bases del último anillo. Demasiado. Y ante tanto drama, pescaron los Blazers y, sobre todo, Damian Lillard.

Sus 24 años le permiten muchas cosas como por ejemplo jugar 53 minutos, más que nadie en este duelo, y sacar todo su arsenal cuando más se necesita, finiquitando cuándo y cómo quiso a un equipo que igualaba los dos partidos con tres tiempos extras consecutivos de los Baltimore Bullets de diciembre de 1951. Historia de la NBA. El base anotó 43 puntos, el máximo de su carrera, haciendo 26 de esos tantos cuando todo estaba por decidir, en el lapso que iba desde la recta final del tiempo reglamentario hasta el último minuto de la tercera prórroga.

Porque Lillard es esa clase de jugador sobrenatural, al que puedes confiar todo tu ataque en un partido de envergadura. En un duelo en el que debes presionar en ataque a unos defensores cuyas piernas llegaron a inertes tras tanta refriega. Su clase, calidad y fuerza (unido a su irreal juventud) llevaron a la frustración a jugadores que ya lo han vivido todo en esta Liga, pero que con 38 años (Duncan) y 37 (Ginobili) no están para un desgasta tan brutal. El ala-pívot ha sufrido por encima del resto con 91 minutos (48+43) en estos dos encuentros (sólo Danny Green ha jugado más con 96) y emparejamientos nada graciosos: primero, Marc Gasol y Zach Randolph, y hoy LaMarcus Aldridge (32 tantos); mientras que el argentino no se ha quedado atrás con 72 (42+30).

El encuentro comenzó igualado, al contrario que el otro día ante Memphis, y se mantuvo así los primeros 48 minutos reglamentarios. La sensación de que no se podía fallar otra vez se palpaba en el ambiente. Danny Green (27 y 6/9 en triples), con otra noche para el recuerdo, trataba de no dejar caer a los suyos, al igual que Duncan (32 puntos y 10 rebotes) aunque enfrente Lillard no pensaba lo mismo. El de los Blazers empató el partido cuando faltaban siete minutos para el final (82-82) y llevó el encuentro a la primera prórroga con una soberbia penetración (97-97) y anulando a Green en la última jugada.

Los texanos iniciaron bien las dos primeras prórrogas. Anotaron los seis primeros puntos, pero en ambos casos no lograron la victoria. De nuevo Lillard con un triple condujo al segundo tiempo extra (104-104) y luego sería Corey Joseph el que salvaría a los texanos y llevaría el partido a su último duelo bajo el sol. Y ahí claudicaron los Spurs, agotados y extenuados vieron como Lillard hizo nueve puntos en un pestañeo para dinamitar el partido (119-129). El último nudo en la soga.