CAVALIERS

LeBron James se iría otra vez de Cleveland "si fuera lo mejor"

En plena marejada por el mal momento de los Cavaliers, la prensa de Cleveland deja claro que si fuera necesario, LeBron se iría otra vez. Sólo tiene garantizada esta temporada.
Final en vivo: Cavs vs Celtics, juego 7

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LeBron James se iría otra vez de Cleveland "si fuera lo mejor"
Mike Ehrmann AFP

Con las derrotas llegan las malas caras, la inestabilidad… y los rumores. Los Cavaliers marchan 18-12, un decepcionante 60% de victorias en la Conferencia Este y sobre todo una imagen que por ahora ha estado generalmente lejos de la del aspirante al anillo que se le supone, incluso en su primer año, a un proyecto que incluye a LeBron James, Kyrie Irving y Kevin Love. Sobre todo a LeBron, que cumple 30 años meses después de un regreso a casa que en lo deportivo no está resultando fácil. En menos de dos semanas, el Rey ha encajado dos de las peores derrotas en casa de toda su carrera: 98-127 ante los Hawks y 80-103 ante unos Pistons que se han movido desde el inicio de la temporada en el furgón de cola de la NBA.

Así que la inestabilidad, en esta NBA que vive tan al día, era un regalo de Navidad seguro en Cleveland. Y más ahora que el periodista Chris Haynes suelta una bomba prematura en el ‘The Plain Dealer’ de Cleveland: si LeBron James tiene que volver a marcharse de Ohio, lo hará. Y si tiene que volver a someterse al escrutinio y seguramente a la crítica de América, lo hará si cree que es la decisión correcta. La peor noticia, como mínimo el peor rumor para un equipo que necesita estabilidad para crecer.

Y un riesgo que multiplica la presión porque LeBron firmó para regresar a los Cavaliers un contrato con una sola temporada garantizada: esta 2014-15 a cambio de 20,6 millones. Para la próxima tiene una player option que él debería ejecutar por valor de 21,5. Eso, atípico de base, fue así porque LeBron quería tener margen para negociar un nuevo contrato a partir de 2016 y en cuanto la NBA firmara un nuevo acuerdo televisivo. Este llegó antes de esta temporada y será aplicable a partir de la 2016-17: 24.000 millones de dólares a cuenta de Disney y Turner hasta 2025, un acuerdo histórico que redundará en el bolsillo de los jugadores por las cantidades estipuladas en el BRI (ingresos relacionados con el baloncesto, entre ellos los de televisión) y que podría hacer que el tope salarial, que está temporada está fijado en 63 millones, aumente para las franquicias hasta en 16 millones. Eso haría que, en cuentas rápidas, un jugador del caché de LeBron podría firmar un nuevo contrato que partiera de 29 millones anuales, un aumento brutal del 35%.

Los Cavaliers aceptaron esa condición que ahora les hace sentirse obligados a satisfacer al hijo pródigo que decidió volver. Por ahora parece muy lejana la posibilidad de que LeBron se marche otra vez de Cleveland porque esa es su casa. Por eso volvió tras un proceso mental y emocional que, ahora lo sabemos, ya había comenzado cuando tras el primer anillo en Miami no percibió ese plus de fervor emocional que la gente sí dedicaba a un Wade nacido en Chicago pero vinculado a los Heat desde que fue drafteado en 2003. Sin embargo, estos rumores implican más presión en torno a la figura, ahora mismo muy frágil, de David Blatt. Si las cosas van mal, si LeBron se pone nervioso de verdad, la cabeza del técnico es la más fácil de cortar. Después vendría la de algún peso pesado de la plantilla, seguramente Kevin Love…

David Blatt se comprometió en junio con unos Cavs deprimidos y en plena reconstrucción tras ganar la Euroliga con el Maccabi. Poco después llegó el número 1 del draft y con él Andrew Wiggins, pero en su primer boceto los pilares del nuevo proyecto eran Kyrie Irving, Dion Waiters y Tristan Thompson. De ahí a la llegada de LeBron y el traspaso para hacerse con Kevin Love y, claro, la obligación de ganar en el corto plazo. Según pasaron los partidos, lo que parecían esquemas en cocción de Blatt dieron paso a lo que parecían soluciones para ir parcheando partidos. Los Cavaliers han sido muy buenos en algunos partidos y malos en otros muchos. Ningún equipo es tan irregular en ataque: es el cuarto mejor por posesión de la NBA (tras Mavericks, Raptors y Clippers) pero cae hasta el decimonoveno puesto en las derrotas del equipo. Si en ataque la falta de química puede estar justificada por la falta de partidos y rodaje, los problemas defensivos que ya se aventuraban a la vista de la confección final de la plantilla están siendo todavía peores de lo esperado. De los teóricos especialistas, Varejao cayó lesionado para el resto del curso, Marion parece definitivamente en el ocaso de su carrera y el propio LeBron ha estado un par de peldaños por detrás de su verdadero nivel. Sólo hay siete equipos que encajen más puntos que los Cavaliers por posesión.

Así que las miradas se centran en Blatt, que es estadounidense pero que no tenía experiencia NBA. Los primeros rumores, casi en el arranque de la temporada, ya hablaban de una falta de química con un vestuario mucho más cercano al asistente Tyronn Lue, exjugador NBA. Después de la derrota estrepitosa ante los Pistons, y de los abucheos de su público, corrieron como la pólvora las dudas en los despachos de la franquicia en torno a la capacidad de Blatt para enderezar la nave y estar en sintonía con sus jugadores. El propio LeBron no le echó un capote precisamente cuando dijo no tener problemas con él pero dejó un como mínimo poco cariñoso “sí, creo que es el entrenador ideal… bueno, es que en realidad no tenemos ahora otro, ¿no?”.

En esa intervención también dejó claro que su trabajo no era quitar ni poner entrenadores, ni siquiera presionar para que otros lo hagan. Y desde el entorno del jugador insisten en esa idea: no moverá un dedo de forma explícita para que haya una revolución ni se meterá en el despacho del dueño, Dan Gilbert, para pedir la cabeza de Blatt. Pero también circula ya que quizá el matrimonio Cavs-LeBron no sea un “hasta que la muerte (deportiva…) nos separe”, como parecía en verano. En definitiva, más presión y más necesidad de ganar partidos, la mejor receta contra la primera crisis en el que era el gran proyecto de la nueva temporada NBA.