Oklahoma City Thunder ya tiene el segundo MVP de un All Star en el currículum de la franquicia. Kevin Durant lo ganó en 2012 y aunque esta vez el alero no estuvo a su nivel (destemplado y sin ritmo físico, terminó en 3 puntos con un 1/6 en tiros), tomó el testigo Russell Westbrook. Desde que volvió tras su lesión, a finales de noviembre, marcha como un torbellino liderando a su equipo ante los problemas con las lesiones que se han alargado más de la cuenta para KD. Promedia 25,8 puntos, 6.3 rebotes y 7,6 asistencias y, para seguir silenciando a quienes no le veían como uno de los grandes jugadores de la NBA, ganó el premio al Mejor Jugador del All Star Game 2015 con una actuación supersónica, especialmente en el primer tiempo. Terminó con 41 puntos en menos de 26 minutos en pista. Su serie de tiro fue de 16/28 con un 5/9 en triples. Además, sumó 5 rebotes y 3 robos para imponerse a James Harden, que le discutió el galardón con una tarea mucho más fina pero igualmente sobresaliente: 29 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias.

Westbrook dirigió el despegue de la Conferencia Oeste en un primer tiempo de récord en el que pulverizó el récord de anotación en una parte de los All Star: 27 puntos, dos más que la marca anterior. Además, amenazó los récords de anotación en un único cuarto (lo tiene Glen Rice con 20) y, sobre todo, se quedó a un punto de los 42 que consiguió Wilt Chamberlain en 1962. Esta seguirá siendo la mejor marca de siempre en un Partido de las Estrellas, aunque Westbrook se quedó a un suspiro de superarla.