Tras solo un año en los Kansas Jayhawks, usted decide presentarse al draft 2014, justo tras caer ante Stanford en la NCAA, Cleveland le elige con el número uno... y en solo semanas acaba en Minnesota. ¿Cómo lo ha manejado todo?

—Por encima de todo, mi intención era jugar en la NBA, en un equipo que me quisiera de verdad en sus filas y donde hubiera buenas opciones de mejorar: individualmente y también como equipo. Creo que en Minnesota­ coinciden ambas cosas. No es ningún secreto.

—Usted nació de un padre, Mitchell Wiggins, que fue finalista en la NBA... y de una madre, Marita Payne, que se colgó dos platas olímpicas con Canadá en relevos 4x100 y 4x400 en 1984. ¿Pensó en dedicarse al atletismo?

—Ja, ja... (Drew Wiggins exhibe sonrisa de modo casi constante) de hecho, mi juego es, sobre todo, atlético. Sé que debo mejorar cosas pero soy bueno atléticamente, ¿no? Creo que soy una mezcla de mis padres, aunque un poco del tipo de mi madre... en cuerpo de hombre. En Vaughan High School me hicieron tests de atletismo. Bajaba de 11.00 en 100, también midieron mi potencial en saltos (Drew posee un salto vertical medido en 112 centímetros)... y al fin me decidí por el baloncesto. No fue solo por mi padre: mi hermano Nick también jugaba.

—Y querría parecerse a su padre, que brilló en Houston Rockets­: y también en Grecia.

—Algo recuerdo aún de Grecia y sé que mi padre fue un ídolo allí. Él me entusiasmaba. Pero el jugador en el que yo me he fijado más es Vince Carter.

—Tuvo críticas iniciales, pero ahora parece ir lanzado hacia el premio de Rookie (Novato) de 2014-15. ¿Cómo lo lleva?

—Vine a la NBA para que me sucedieran cosas buenas y para poder competir. Todo eso ya va pasando: cada vez me veo más capaz de competir y me pasan cosas tan ilusionantes como participar en el All Star Weekend y ser nombrado MVP del Partido de Novatos. Y me gustaría ser MVP de la Liga: a quién no...

(En el reciente Partido de Novatos o ‘Rookie Challenge’, Wiggins­, canadiense, lideró con 22 puntos y como Jugador Más Valioso la victoria del combinado del Resto del Mundo sobre EE UU: 121-112).

—No fue el único jugador de los Wolves que brilló en el : su compañero Zach LaVine deslumbró entre los matadores y ganó el Concurso de Slam Dunks. Se lo tienen que pasar bien en Minnesota, usted y LaVine, con un base como... Ricky Rubio.

—No veo que en esta Liga haya un base como Ricky para instalar (set up) a cada uno en la mejor posición posible. Ricky te entiende. Te da confianza en los momentos críticos. Después ejecutas tú. Pero con él a tu lado todo es más fácil.