El próximo 15 de abril llega a su fin la temporada regular de la NBA y, con ella, acabará la lucha para lograr el premio a mejor jugador del año (MVP). Un galardón, recordemos, que no tiene en cuenta los playoffs y que este curso aúna en sus quinielas a la lista de candidatos más amplia que se recuerda: Curry (Golden State), Harden (Houston), Westbrook (Oklahoma), LeBron (Cleveland), Paul (Clippers) y Davis (New Orleans) han acaparado los focos esta campaña, especialmente los tres primeros, con un Westbrook que a pesar del balance de los Thunder ha dejado números para la historia. 11 triples-dobles (ocho más que el segundo en este apartado), MVP del All Star... y máximo anotador de la Liga (27,7), igualado con un Harden que está un escalón por encima gracias a la 2ª posición de los Rockets en el Oeste. Es el jugador que más veces ha llegado a 40 puntos (diez) y ha lanzado a Houston pese a la lesión de Dwight Howard.

Favorito. Por encima de ambos, Curry, el mejor jugador del mejor equipo, unos Warriors de los que es líder en puntos, asistencias, robos, triples y minutos. Ya fue el más votado para el All Star y esa norma no escrita (el mejor jugador de la mejor franquicia) le acerca al premio: 50 de los 59 MVP fueron para un jugador de uno de los dos mejores equipos. Y seis de los últimos diez, para uno del mejor. LeBron, Davis y Paul también gozan de simpatías, pero pese a su excelente temporada tienen ciertos lunares. El de Cleveland tardó en aparecer, Davis puede quedarse sin playoffs y Paul y sus Clippers han ido de menos a más. La lucha es ardua y algunos jugadores hasta piden un idílico MVP compartido.