En 2004, Ben Wallace se puso el anillo de campeón después de ser clave en la victoria de los Detroit Pistons sobre Los Angeles Lakers. Fue cuatro veces el Mejor Defensor de la NBA, cuatro veces All-Star, cinco veces miembro del Mejor Quinteto Defensivo, dos veces máximo reboteador de la temporada, una vez máximo taponador... y una vez no drafteado.

Es uno de los muchos jugadores que no salieron elegidos en el Draft y que después consiguieron hacer una buena carrera en la NBA: Brad Miller, Bruce Bowen, Udonis Haslem, Raja Bell... Espejos, ahora, para los jóvenes que no escucharon su nombre en la ceremonia del pasado jueves en el Barclays Center de Brooklyn.

Uno de esos críos se llama Cliff Alexander y hace sólo un año era para muchos uno de los mejores jugadores de su generación. El interior de la Universidad de Kansas era segundo en las previsiones de 2014, sólo superado por un Jahlil Okafor que al final ha acabado como número 3. Ahora, 365 días y 60 nombres después, está sin equipo. Como si del modo 'Mi Jugador' del 2k se tratase, Alexander tendrá que buscarse hueco jugando la Liga de Verano, probablemente disputando la D-League o firmando contratos de diez días. La realidad superando a la ficción.

Pero, ¿qué ha pasado para que el joven ala-pívot acabase en esta situación? Principalmente, las lesiones. Una en el pie en el verano de 2014 y otra en el pecho durante su decepcionante campaña en la universidad. 7,1 puntos y 5,3 rebotes suenan a poco para un chico llamado a dominar la pintura. Además, los problemas extradeportivos también afectaron a su día a día (su madre estuvo bajo investigación) y su 'hype' de cara al draft comenzó a no ser tan alto como antes. Aún así, en los meses previos a la ceremonia Alexander todavía guardaba cierta confianza de los ojeadores, y las previsiones le situaban al final de la primera ronda.

Con los workout llegaron más problemas. Sin zapatillas se queda en dos metros justos, y una lesión durante los entrenamientos evitó que pudiese dar una buena imagen. Al final, ni siquiera fue elegido en segunda ronda.

Por contra, el base Cameron Payne ofrece una historia complemente distinta a la de Cliff Alexander. No destacó en el instituto, no logró el interés de las principales universidades y acabó en el humilde 'college' de Murray State. Su inicio en la NCAA no fue noticia, y a principios de 2015 las previsiones le situaban fuera de los 60 seleccionados del draft. Al final, ha sido elegido en el puesto 14 del draft, en el último lugar de la lotería, y por uno de los favoritos al anillo del próximoa año: Oklahoma City Thunder.