Ni regresar a Europa o cruzar todo Estados Unidos para marcharse a los Kings. Andrea Bargnani no se moverá de Nueva York, aunque sí de equipo. El ala-pívot italiano ha alcanzado un principio acuerdo con los Brooklyn Nets. Así lo detalla dicha franquicia en su cuenta de Twitter aludiendo a su general manager, Billy King. 'Il Mago' está encatado con la la capital del mundo, tanto es así que según Marc Stein ha rechazado una oferta más suculenta desde Sacramento para firmar por dos temporadas y el mínimo para los veteranos (1,4 millones por curso). El italiano podrá convertirse en agente libre si así lo considera el próximo verano.

Para que eso sea así, necesitará relanzar una carrera muy venida a menos. Cabe recordar que en 2006 los Raptors se decantaron por él como número uno del draft (y no por LaMarcus Aldridge o el hoy malogrado Brandon Roy). Es el primer y único europeo en lograr semejante distinción. Nadie puede negar que Bargnani posea una excelente muñeca que le haga convertirse en una amenaza exterior a tener en cuenta. Pero poco más. En defensa apenas se hace notar, no tiene la capacidad física (ni el carácter ni las ganas) para poder jugar al poste con fluidez y exaspera su nula capacidad reboteadora pese a medir 213 centímetros. En Toronto nunca convenció y en los Knicks (donde ha jugado los dos últimos años) ni siquiera le recordarán. A esto hay que añadir el hecho de que se haya convertido en un jugador con fama de ser de cristal. Distintas lesiones le han hecho disputar apenas 137 partidos de los últimos 328 posibles de liga regular, esto es, en los cuatro últimos cursos.

Ahora recala en una franquicia en la que compartirá espacio en la pintura con Brook Lopez y Thaddeus Young como hombres más a tener en cuenta. Quizá los de Lionel Hollins vean en él al sustituto natural de Mirza Teletovic (ahora en los Suns). Veremos. Lo único seguro por el momento es que los Nets se han labrado una fama en los últimos tiempos de ser un equipo que derrocha el dinero para convencer a estrellas que no acaban de cuajar en el Barclays Center. En 2012, Prokhorov prometió un anillo en un plazo de cinco años, pero la vida sigue igual.