El pasado mes de julio, la FIBA tanteó por separado a ocho grandes clubes europeos (Real Madrid, Barcelona, CSKA, Olympiacos, Panathinaikos, Efes, Fenerbahçe y Maccabi) para intentar crear una nueva competición continental. No tuvo aceptación y la Euroliga respondió con una carta firmada por esos equipos y los otros tres que también tienen licencia A (Milán, Baskonia y Zalgiris). En el escrito agradecía a la Federación “el tiempo, la energía y el trabajo invertido en preparar la propuesta”, pero lanzaba una advertencia: “Los clubes deben mantener la propiedad y el control de la competición y no estamos dispuestos a renunciar a esto”. Pese a su firme reacción, la organización que preside Jordi Bertomeú se comprometió a estudiar el proyecto y propuso que se celebrará una reunión entre ambas partes a partir del 1 noviembre. Finalmente tendrá lugar el día 3 de ese mes y en ella la Euroliga reafirmará su postura: no cederá el mando a la FIBA.

Al encuentro asistirá con una comisión elegida por los clubes, que forman Madrid, Fenerbahçe, Olympiacos y Maccabi­, con Bertomeú a la cabeza. De la FIBA es seguro que acudirá su secretario general, Patrick Baumann. Y habrá otro punto de fricción­ sobre la mesa, el nuevo calendario de selecciones aprobado por la Federación y que entraría en vigor en 2017. Un plan que incluye la celebración de partidos clasificatorios para campeonatos en plena temporada de clubes, con seis ventanas en periodos de dos años (noviembre, febrero, junio, septiembre, noviembre y febrero). La Euroliga reconoce la importancia de los equipos nacionales y aplaude el cambio a año impar de la Copa del Mundo (la próxima será en 2019), que impide la coincidencia con los Mundiales de fútbol, y la nueva periodicidad del Eurobasket (cada cuatro años desde 2017), pero ya se opuso y se opondrá al asunto de las ventanas. En la reunión del 3 de noviembre reiterará que no piensa ceder a sus jugadores, algo que ya ha anunciado la NBA y que también rechazó la ACB en su asamblea del 4 de mayo.

Debate. La intención de la FIBA es mantener su calendario y para reforzar su posición, Baumann se reunió la semana pasada en Ginebra con la ULEB y representantes de 13 ligas, incluida la española. Entre otras conclusiones (mejora de los seguros para los jugadores de selecciones, periodos de preparación de 28 días...) hubo un “común entendimiento” para la reducción a un máximo de 16 equipos en las ligas más importantes desde el curso 2019-20. El debate sobre el futuro del baloncesto está abierto.