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Boston Celtics: Stevens y Ainge dan pasos hacia el regreso a la élite

En Boston prefieren sacudirse presión de salida y evitan hablar de repetir billete para los playoffs. No obstante, no clasificarse dejaría un feo regusto a paso en falso.

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Boston Celtics: Stevens y Ainge dan pasos hacia el regreso a la élite
Maddie Meyer AFP

Los Celtics entran en el tercer año de la era Brad Stevens sin la presión de contar con un objetivo prefijado. Al menos es el discurso que se mantiene hacia el exterior. En pleno proceso de reconstrucción desde la base, Danny Ainge (su general manager) busca que este profundo y joven bloque que viene construyendo (aunque todavía sin la estrella deseada) siga cumpliendo los plazos de crecimiento de un modo natural. Sin forzar. El curso pasado esta estrategia funcionó a la perfección: sin que nadie diera un duro por ellos, Boston acabó metiéndose en playoffs por vez primera desde el adiós de Pierce y Garnett.

Así que, para continuar con el progreso y la línea ascendente, la lógica indica que al menos deberían repetir la actuación de hace un año. Para ello han incorporado al único miembro de su plantilla que a día de hoy puede decir que es all star: un David Lee que parece haber dejado atrás su calvario de lesiones. La clase del ala-pívot no se discute. Como tampoco se duda de la importancia que para el resto de sus compañeros supondrá compartir vestuario con alguien de su experiencia. Sin embargo, no nos engañemos, en Boston esperaban más del mercado veraniego. Se soñó con superestrellas del calibre de DeMarcus Cousins, pero quien aterrizó fue Amir Johnson. Un aseado interior de brega, pero no alguien a quien confiar que marque el ritmo hacia el paso adelante que los verdes necesitan dar para no estancarse.

Así que salvo milagro de Ainge de aquí al cierre del mercado (no lo esconde: ya le gustaría sacarse de la manga un equipo campeón como en el verano 2007) el principal activo de los de Massachusetts seguirá estando en el banquillo. Brad Stevens no es aún el técnico mediático y conocido que (seguramente) acabará siendo, pero con 39 años recién cumplidos ya ha demostrado ser uno de los coaches con mayor conocimiento del juego de toda la NBA. Su capacidad para hacer mejores a sus hombres de lo que realmente son está probada. Es muy del gusto, la representa a la perfección, de la nueva escuela de la estadística avanzada y disfruta variando quintetos constantemente para intentar imponer el mayor ritmo ofensivo. Y para correr, los Celtics se han adaptado muy bien a lo que marcan los tiempos modernos: el small ball. Para ello cuentan con una batería de guards físicos entre los que sobresale un Isaiah Thomas que no se pone límites pese a su 1,76. De su talento dependen en buena medida las opciones de los Celtics para ser competitivos en el corto plazo.

Juego exterior

Casi con toda probabilidad, el jugador referente de la línea exterior partirá como sexto hombre: Isaiah Thomas. El base aterrizó en Boston a finales del pasado mes de febrero y su llegada acabó, prácticamente, significando el billete para la postemporada. “Quiero ser uno de los mejores bajitos en haber jugado nunca a este deporte”, acostumbra a decir. La misma decisión que muestra cuando se echa el equipo a la espalda con sus penetraciones o triples. Junto a él, completan una buena combinación Avery Bradley y Marcus Smart, buenos especialistas defensivos. El primero (si tiene el día desde más allá del arco es todo un peligro) es el jugador que más tiempo lleva vistiendo la camiseta verde, mientras que Smart tiene aún que demostrar por qué fue número 6 del draft 2014. Evan Turner, completo escolta capaz de hacer un poco de todo, se encuentra quizá ante su última gran oportunidad de reivindicarse como número dos del draft 2010. Habrá ratos en los que tres de estos cuatro bajitos compartan presencia en el parqué. En el puesto de alero, Jae Crowder parte con mucha ventaja sobre Perry Jones (una de las caras nuevas). Crowder no sólo se antoja fundamental en ataque para abrir el campo como amenaza exterior, sino sobre todo en defensa para hacer frente a treses atléticos (véase LeBron). Terry Rozier y R. J. Hunter, las primeras rondas en este último draft, tendrán que sudar para contar con minutos de calidad.

Juego interior

El nivel al que Boston funcione en la zona dependerá sobremanera de la dupla interior que Stevens disponga en cancha. A priori, la llegada de David Lee complica la vida (y mucho) a un Jared Sullinger cuyos problemas de sobrepeso amenazan con convertirse en crónicos en su cuarto año en la Liga. Este ala-pívot al que la clase le sobra, parte como el quinto hombre grande en la rotación: Jerebko, más limitado de recursos pero de intensidad encomiable, le ha comido la tostada. Si todo sale según lo previsto, Lee será la gran referencia interior de los verdes. Parece haber dejado atrás sus problemas físicos, así que su visión de juego, colocación en el rebote y facilidad para jugar de cara y espaldas al aro se convertirán en una amenaza ante cualquier rival. Valiosos minutos de descanso (además de formar pareja en otros tantos) le dará Amir Johnson, el segundo jugador mejor pagado de la plantilla. En Toronto ya demostró que aunque no sea un compendio de virtudes técnicas, su entrega le asegura mantener el nivel a ambos lados de la cancha. Tira lo justo y necesario y, si es necesario, su muñeca le permite lanzar de tres con buen acierto. El puesto de pívot titular, a priori, se lo ha ganado un Tyler Zeller que a finales del curso pasado acabó convenciendo. No es explosivo y dominante y debe mejorar su consistencia reboteadora, pero en un año en el TD Garden ha demostrado más que Olynyk (aún se le espera) en dos.

Claves

1. Estos Celtics son un equipo dinámico que necesita mantener un ritmo alto de juego. Para ello cuentan con una batería de guards (Thomas, Smart, Bradley, Turner, Rozier...) que en muchos momentos puede hacer coincidir a tres de ellos sobre el parqué. Small ball en todo su esplendor.

2. David Lee es el único jugador que puede presumir de tener la etiqueta de all star. Además de aportar un plus gracias a su experiencia y veteranía, Boston necesita que se encuentre bien físicamente para aprovechar sus muchas virtudes. Tiene que involucarse desde el primer minuto.

3. Ainge está construyendo un proyecto desde la base, con jugadores jóvenes, físico y talento que, a tenor de las rondas de draft acumuladas, irán en aumento. Esta bisoñez no quita que no se les exija rendir como veteranos. La experiencia acumulada el año pasado puede ser un buen activo.

Entrenador: Brad Stevens

Como chaval del estado de Indiana, a Stevens le apasiona todo lo que tenga que ver con el baloncesto. Quería jugar, pero pronto se dio cuenta que su fuerte estaba en los banquillos. Una carrera meteórica en Butler le situó con 37 años recién cumplidos al frente de uno de los equipos con mayor historia del planeta. Y no sólo eso, tenía que ser el encargado de dirigir la reconstrucción de un equipo que meses antes se había quedado sin Doc Rivers y había dicho adiós a Pierce y Garnett. Una tarea que ha demostrado que no le queda grande. Es uno de los defensores de la estadística avanzada, filosofía que ameneza con gobernar el juego durante los próximos años.

Estrella: Isaiah Thomas

Apenas mide 176 centímetros, pero no esconde su ambición. Rápido y explosivo, es capaz de lanzar por fuera y de ir con fuerza y decisión al aro. Acostumbra a salir desde el banquillo para dinamitar los partidos. Cree que es uno de los jugadores más infravalorados de la toda la Liga.