Karl-Anthony Towns es el prototipo de superestrella de la NBA. El rookie, número uno del último draft, tiene ese aroma, esa esencia, de gran jugador que es tan difícil de encontrar en el mundo del baloncesto. Sabe lanzar y rebotear, intimidar y moverse con agilidad... y todo lo hace con una excelencia magnífica, tal y como demostró en su primer partido oficial con los Timberwolves en el Staples ante Los Angeles Lakers con 14 puntos y 12 rebotes, y como lo ha certificado con mayúscula esta pasada madrugada en la visita de los Wolves a Denver. Los Nuggets son un equipo sin mucho que decir en una temporada que, sin no hay muchas sorpresas, acabará para ellos antes del All Star de febrero. Una realidad de la que abusó sin contemplaciones este pívot de 19 años (cumplirá los 20 el 15 de noviembre). Fue amo y señor de un partido que se saldó con una amplía victoria (78-95) para los suyos con 28 tantos, 14 capturas y 4 tapones. Pero lo realmente importante es que lo hizo con una clase magistral, lanzando con una efectividad que roza la excelencia tanto en juego (11/19, un 57%) como desde la línea de personal (6/7, 85,7%). Increíble. El pívot, además, se ha convertido en el primer rookie de la historia en hacer un doble-doble en cada uno de sus dos primeros encuentros como profesional.

Este triunfo de los Wolves tiene un significado doble, por otra parte. Por un lado, es la primera vez en la historia de la franquicia que comienzan la temporada con dos victorias consecutivas en la carretera y ya están a solo cinco de igualar el número cosechado el año pasado fuera de casa; y por el otro, un encuentro más, el recuerdo de Flip Saunders estuvo presente. Su muerte ha tocado muy hondo a la plantilla y vencer, fuera de casa dos veces seguidas, demuestra la fuerza y capacidad mental de unos jugadores que asistirán hoy al entierro del fallecido técnico de 60 años.

Partido sin complicaciones

"La semana ha sido dura, pero hemos sabido gestionarla", subrayó Garnett (4 puntos) después de un partido que los de Sam Mitchell desequilibraron a partir del minuto 7 del primer cuarto. Ese fue el último momento en que los de Colorado estuvieron a la altura (empate a 10), pues nadie cumplió. Gallinari llegó sólo a los 10 puntos (4/13), mientras que Faried se quedó en 9 con 15 rebotes. Sólo el novato Mudiay (15) y Barton (14) superaron la decena de tantos.

Desde ese instante, las ventajas fueron únicamente para unos visitantes que sólo temieron por su victoria a mediados del segundo cuarto (32-35, 4:02). "Creo que hemos hecho bien nuestro trabajo", manifestó un Ricky Rubio que a pesar de no estar tan bien como en el debut de esta temporada, no se escondió. Anotó 12 puntos, la mayoría de ellos desde la línea de tiros libres (8/9). Estuvo bastante errático en el tiro (2/8), algo que compensó con sus 8 asistencias y 5 rebotes. Números muy lejanos a los que logró ante los Lakers, pero esta vez no hacía falta mucha más, la verdad. Towns estaba en la casa. Él se encargaba de todo.