Tim Duncan volvió a las canchas tras dos partidos de baja y...¡se quedó sin anotar por primera vez en 18 años de carrera profesional! Pero da todo igual. En San Antonio llevan tanto tiempo sin que importen las individualidades que ni nos choca ver el rosco de Timmy y a los Spurs 20 puntos arriba con facilidad. Vencer a los Rockets no es un logro del que los texanos deban sentirse especialmente orgullosos (llevan cuatro derrotas consecutivas, 16-19), pero lo importante no ha sido el qué, sino el cómo. 

El tercer cuarto es de anillo. Cerrados en defensa, provocando perdidas y despliegue total de la ofensiva mejor trabajada del planeta. En El Álamo no hay locuras (no estamos en Oakland...), pero sí un cuidado excelso de la palabra baloncesto. No voy a divagar sobre los conceptos que pone en práctica el sistema de los Spurs y, sin embargo, aconsejo a todo el que tenga tiempo y disfrute con este deporte que vea sin falta el tercero de los cuatro cuartos que se disputaron ayer en San Antonio. Con LaMarcus Aldridge por fin a su nivel y Kawhi sin bajar del podio de súper estrella, dan tanto miedo como los Warriors. Y ojo con Boris Diaw, que se está soltando. Ya están 29-6...