Los efectos de una pretemporada corta en tiempo y efectivos —ocho jugadores se incorporaron tarde tras disputar campeonatos con sus selecciones—; las lesiones de Taylor, Maciulis, Thompkins, Rudy, Noicioni y Llull; los cambios obligados en la plantilla, con las salidas del retornado Rivers y de Slaughter por problemas con sus pasaportes, que han provocado desajustes en el juego; la dureza del grupo de la primera fase de la Euroliga... Son algunas de las razones del mal inicio de temporada del Real Madrid tras una campaña histórica en la que ganó todos los títulos que disputó. El equipo de Pablo Laso firma su peor arranque en diez años: 10 derrotas en 28 partidos. En la 2005-06 su balance con los mismos encuentros jugados era 14-14.

Por aquel entonces, el conjunto blanco, entrenado por Bozidar Maljkovic, y en el que ya jugaba Felipe Reyes, junto a Bullock, Hervelle y Sinanovic, entre otros, también tuvo problemas de cupos para formar una plantilla en la que fueron dados de baja en mitad del curso Rakocevic, Tomas, Gelabale y Óscar González. El resultado, un rosco, eliminado por el Baskonia en la Supercopa y en la Copa, y por el Barça en los play­offs de la Euroliga y de la Liga. Este año la trayectoria aún no es alarmante y ya hay un trofeo más en las vitrinas del club, la Copa Intercontinental. Tras caer en la Supercopa contra el Unicaja, el Real está en disposición de conquistar otros tres si no hay más lesiones y logra recuperar las fuerzas y, por ende, su habitual nivel de juego.

Confianza. Al contrario que lo sucedido en la sección de fútbol con la destitución de Rafa Benítez, en la de baloncesto la confianza en Pablo Laso es absoluta. El técnico vitoriano fue renovado hace dos semanas hasta 2018 y le avalan diez títulos en cinco temporadas.