Los Minnesota Timberwolves llevan once temporadas sin clasificarse para los playoffs. Un periodo muy largo para una franquicia de la NBA, que salta de reconstrucción en reconstrucción, sin encontrar un proyecto estable. Cada año se dice "este va a ser", pero al final, por una cosa o la otra, nunca llegan a buen puerto. La última vez que pisaron las rondas finales de la Liga, llegaron a la final de la Conferencia Oeste (2003-04) con un Kevin Garnett MVP. El ala-pívot nunca volvió a tener números semejantes en puntos (24,2) y rebotes (13,9). Eran muy buenos tiempos, pero entonces llegó julio de 2007 y los Wolves se hundieron en un fondo del que todavía no han salido.

El 31 de ese mes se oficializó el traspaso de KG a Boston y los de Minnesota comenzaron su largo camino en búsqueda de la felicidad. A su marcha, la franquicia poseía un 43,32% de victorias, según señala la web Hoopshype (artículo original), con ocho campañas de las 12 que jugó Garnett con al menos un 50% de triunfos.

A partir de ese día, los Timberwolves nunca más tocaron los playoffs y sólo en uno de los últimos nueve años superaron la barrera del 45%. Fue en la 2013-14, en el tercer año de Ricky Rubio en la mejor liga de baloncesto del mundo (48,8%). De esta forma, su porcentaje comenzó un descenso que ha llegado al actual 39,13%, situando a la franquicia como la peor históricamente (tomando solamente las que existen en la actualidad), superados por unos Clippers que han recortado siete puntos porcentuales desde aquel fatídico 2007.

Los Spurs, en lo más alto de la clasificación

En la cara opuesta, como no podía ser de otra manera, están los San Antonio Spurs. No hay un equipo igual en las últimas décadas. El equipo de Texas tiene un 61,82% de partidos ganados en su 40 temporadas en la NBA. Además, sólo han faltado tres veces a los playoffs en toda su historia, con 18 apariciones consecutivas. En esta última racha, su balance al final de la Temporada Regular era superior al 50%. Unas estadísticas incomparables que dan como resultado cinco anillos de campeón con Gregg Popovich y Tim Duncan presentes siempre.