Lucas Nogueira atendió, antes del entrenamiento de los Raptors, a los medios de comunicación en el parqué del O2 londinense. El pívot brasileño mostró la misma alegría y buen humor que cuando jugaba en el ahora Movistar Estudiantes, club del que está al tanto de lo que ocurre. Pese a la notable falta de minutos (en año y medio en la NBA ha disputado 19 partido), se toma la vida con humor. No paró de bromear y reír. Así es el método Bebé.

El Estudiantes: “Hace dos semanas hablé con Jaime. Me alegré mucho porque me dijo que estaban cobrando (ríe). Me enteré que las cosas han cambiado mucho. Todo menos la clasificación. Ojalá puedan salir del descenso porque este año parece que sí subirá al menos un equipo de la LEB, así que tienen riesgo de descender. Y no quiero que el Estu baje. Aunque no tenga muchas copas como el Madrid o el Barça es un histórico de la ACB. Aquí un propietario de una franquicia puede ser multimillonario, pero hay un tope salarial y así la NBA es más ajustada. Allí, recuerdo que el Estudiantes tenía 3 millones de presupuesto y el Madrid 35. Así es imposible jugar contra ellos. Lo que más feliz me hace es que este año todos los jóvenes como Jaime, Juancho, Darío, Edgar, Fran… están contando con oportunidades”.

¿Regresar al Estu? “Si tengo bastante dinero… Sigue habiendo un problema económico muy grande allí. Como ya hice, yo por el Estu haría muchas cosas. Pero hay veces que uno tiene que pensar en su familia. Si yo me he ganado la vida en la NBA y sé que mis hijos no tendrán ninguna dificultad financiera, no tendría ningún problema en regresar. Le tengo mucho cariño y sé que allí también lo tienen por mí. Pero lo que no puedo es, si tengo hijos, tener que estar mirando cada mes la cuenta para ver si he cobrado. Lo digo porque tuve allí compañeros que pasaron por ello.

Su situación en Toronto: “Este año está siendo mucho mejor que el anterior. A nivel de minutos fue muy flojo y este, desgraciadamente por la lesión de Jonas (Valanciunas), tuve la oportunidad de jugar un poco más y enseñar lo que puedo hacer. Aunque mi entrenador (Dwane Casey) no me dijo nada y de repente un día me llamó y me quedé sorprendido. El balance de esta temporada es mucho más positivo. Además, tengo la suerte de jugar con Scola, del que siempre fui un gran fan. Jamás imaginé poder compartir vestuario con él. Todos los días aprendo de él dentro y fuera de la cancha”.

Scola, su maestro: “No me gusta molestarle. Pero yo hago lo que él hace: desde comer una fruta en vez de comer guarrerías a hacer un gancho”.

Su buen partido ante los Warriors (14 puntos en 25 minutos): “No sólo la prensa, sino gente a la que no había visto tenía mi número y me decía de salir. Cuando haces las cosas bien, todo es bueno. Pero así es la vida, yo volví al banquillo y ya no me hablan más”.

Llevar la falta de minutos: “Es muy difícil. Imagínate lo que es llegar a un partido y saber que sólo vas a jugar si ganas o pierdes de 30. Y encima despertarte al día siguiente para correr mucho, eso es lo que te hacen en la NBA cuando no juegas. Eso es muy duro, pero llevo ya un año y medio así, te acabas acostumbrando (vuelve a reír). Cuando no juegas, por la cabeza se te pasa hasta dejar de jugar al baloncesto. Pero fríamente y con el tiempo te das cuenta de que estás en la NBA, cobrando mucho dinero y haciendo algo por lo que millones de personas querrían estar en tu situación”.

Toronto y los Playoffs: “El equipo cambió mucho, pero sigue siendo un equipo muy fuerte. Aunque después del All Star, ya sabéis como funciona esto: para conseguir un puesto en Playoffs la gente empieza a jugar tan duro que flipas. Pero yo creo que nosotros vamos bien y que estaremos en la postemporada”.

Quién le ha sorprendido en la NBA: “Porzingis me ha sorprendido mucho. Siempre supe que sería bueno, pero no desde ya. La vida de un rookie viniendo de Europa es muy dura. No esperaba que lo hiciera así de bien en el primer año”.

¿Ha oído hablar de Luka Doncic? “Sí, ¡me he enterado! Es de 1999, me estoy haciendo mayor. He visto algunos vídeos suyos y me han dicho que es muy bueno”.