Joakim Noah ha dicho adiós, con total probabilidad, a lo que queda de temporada. El pívot se dislocó el hombro izquierdo ante los Dallas Mavericks en una jugada con JaVale McGee y pasará por el quirófano. Es la misma dolencia que sufrió en el pasado diciembre. El francés estará de baja entre cuatro y seis meses. La Temporada Regular acaba en abril y las Finales se disputan en las últimas semanas de julio. Si llega a playoffs, será un milagro.

El jugador nacido en Nueva York está realizando su peor temporada en la NBA. Sus medias se han desplomado y ahora anotó 4,3 puntos con 4,6 tiros por partido (su promedio más bajo) y captura 8,8 rebotes (sólo en sus dos primeros años cogía tan pocos). Malas noticias para un jugador que fue básico en los esquemas defensivos de Thibodeau (mejor defensor del año en 2014), pero que ahora se ha visto condenado a ser tercer, e incluso, cuarto pívot en la rotación con Hoiberg. Esta temporada con el nuevo entrenador, el equipo de Illinois recibe 100,6 puntos por partidos (101,6 sin Noah activo y 101,1 con el francés disponible) siete más que la media que dejó Thibs en seis años, superando en 12 el mejor curso del extécnico (88,2 temporada 2011-12).

¿Adiós a los Bulls?

El partido contra los Mavs puede ser el último que dispute Noah con la camiseta de los Chicago Bulls. El pívot acaba contrato este verano (13,4 millones percibe) y se convertirá en agente libre sin restricciones, por lo que podrá negociar con cualquier equipo. La elección de Portis en el draft, más la juventud de Mirotic y la experiencia de Gibson y Pau Gasol hace que la zona interior de la plantilla está ya resuelta, sin la necesidad de contar con otro jugador alto. Además, el francés es un jugador que tendrá pretendientes por su carácter ultracompetitivo. Un aspecto que diferencia a los grandes de los más normales. ¿Está entonces con un pie en la puerta de salida?

Dos opciones

La marcha de Noah dependerá, sin embargo, de la decisión que tome Gasol a final de esta campaña. El internacional español tiene la opción de salirse de su contrato y negociar, o bien una mejora con los Bulls, o bien buscar un nuevo destino. Si toma la última decisión, las opciones del francés de mantenerse en Illinois aumentan considerablemente. A no ser, que la franquicia de Chicago decida empezar de cero y dejar marchar a ambos.

También queda abierta una segunda opción. Aquella que habla de un traspaso antes de la fecha límite (18 de febrero) para encontrar un jugador (principalmente un alero de garantías) que dé un salto de calidad al cinco titular de uno de los favoritos en la Conferencia Este.