Ricky Rubio pasa por un inmenso bache. No es ninguna novedad señalar que al base le está costando un mundo encontrar su ritmo con el tiro, pero lo de ahora, lo que se ha visto en los últimos partidos, es para que las alarmas comiencen a sonar a nivel Fukushima. El internacional español finalizó en la derrota contra los Utah Jazz (103-90) con sólo tres puntos (8 asistencias), todos ellos desde la personal. Falló los seis tiros de campo que intentó (dos triples incluidos) y acumula en cinco encuentros un 17,1% de acierto (6/35) con un 0/13 desde el perímetro. Es problema mayúsculo para un Ricky que trata, temporada tras temporada, acabar con una rémora, que le convierte en una perita en dulce para sus rivales: no hace falta una defensa intensa, flotar y listo.

La repercusión a este annus horríbilis, no se ha hecho esperar. Es su peor campaña en anotación (9,4) al igual que en su porcentaje en los tiros de campo (34,7%). El triple, sin embargo, se mantiene algo más en la media de su carrera (29,0% este año; 30,9% acumulado en sus cinco años en la NBA). No hay una explicación racional a todo esto y más teniendo en cuenta que cuando salió de España tenía un 42% (31% en el perímetro).

Su debilidad afecta a su joven equipo, tan necesitado de grandes referentes. En Utah, frente a los Jazz, no sirvieron de nada los 32 puntos y 12 rebotes de Karl-Anthony Towns. A pesar de este monstruoso encuentro. El pívot, enfermo en los últimos días, no se mostraba muy contento con su actuación. "Jugué como una mierda. No estuve bien defensivamente y en ataque sólo encontré huecos. Mis compañeros fueron los que anotaron mis tiros, yo no anoté mis propios tiros",  comentó el jugador más joven en lograr 30-10 desde 2008 (Kevin Durant). 

A pesar de sus declaraciones, los Wolves aguantaron estoicos hasta mediados del tercer cuarto. Towns y Dieng (20 tantos y 15 rebotes) aguantaron a la recién estrenada pareja que formaron Gobert (14) y Favors (20). Los dos grandes no comenzaban juntos desde el 30 de noviembre, cuando los de Salt Lake City estuvieron cerca de sorprender a los Warriors (103-106). El francés se perdió desde ese día 18 encuentros. El estadounidense siguió un poco más, hasta duelo en el Oracle (23 de diciembre). Faltó a los 16 siguientes. El pívot ("Tenía poca energía") dio inició al parcial 14-0 (de 68-69 al 82-69) que puso la gran barrera entre ambos equipos y dio el segundo triunfo consecutivo a su equipo y mantienen a los Wolves en un enero infernal: 13 derrotas en los 15 partidos disputados en este mes.