MAVERICKS 102 – THUNDER 131 (1-2)

Catenaccio en Dallas: brillan Kevin Durant y Westbrook

El alero (34 puntos) y el base (26+15) demostraron que la derrota en el segundo partido fue un accidente y apalizaron a los Mavericks. OKC, +66 en la serie.

0

NBA

Los Thunder arrasaron Dallas esta madrugada. Sin discusión. Como ya sucedió en el primer partido de la serie, los Mavericks acabaron recibiendo otra brutal paliza (102-131). Y esta vez, ante una afición esperanzada tras el triunfo (Instant replay de por medio) de los suyos en el segundo asalto en OKC. El deporte es impredecible y las sensaciones cambian en cuestión de minutos. Pero lo cierto es que aquel triunfo lleva camino de convertirse en anecdótico. Un accidente. La diferencia real entre ambos equipos está más cerca del +66 favorable en puntos para los hoy visitantes que el 2-1 global que refleja. Los mermados Mavs (son pocos los jugadores que no arrastran algún tipo de molestia física: Deron Williams ni jugó) poco pueden hacer cuando Durant y Westbrook (60 tantos entre ambos) están enchufados.

Para contrarrestar la superioridad técnica y física de su rival, a los de Carlisle les queda plantear partidos duros, intensos, jugados al límite. De esos en los que hay que sudar sangre para convertir cada canasta. Esta madrugada volvieron a plantear una suerte de catenaccio (símil futbolítico) al que también se sumaron los Thunder. Sobre todo en una primera mitad eterna. Dos horas y 42 minutos (13 más que el segundo, al menos igualado en el marcador) acabó durando el encuentro. Menos mal que el carrusel de tiempos muertos constantes, personales, piques (Adams y Felton estuvieron cerca de llegar a las manos) llegó a su fin mediado el acto definitivo. Pero eso sí, de nada sirven los cerrojos si acabas encajando 131 puntos y el rival te acribilla desde la línea de tres (15/27). El rostro de Carlisle, un poema.

Durant (34 tantos en 37 minutos) salió decidido a olvidar su horrible anterior noche: 26 tiros fallados (7/33), lo nunca visto en Playoffs desde Jordan en 1997 (9/35). Le dieron el relevo Ibaka (en uno de sus momentos con rol protagonista que combina con alguna que otra desaparición) y Dion Waiters, acertado líder la segunda unidad, para que OKC fue tomando poco a poco ligeras ventajas. Cercano al cierre del primer periodo amenazó con superar la barrera psicológica de los 10 puntos. Al rescate acudieron Barea y Nowitzki (16+6+5 para el alemán).

Apagado el primer incendio, Durant reavivó unas llamas que cobraron mayor magnitud. Pero un par de triples de Wes Matthews (máximo artillero local) y algún tiro libre de Pachulia establecieron un parcial de 12-3 que desembocó en el 48-58 del descanso. Parecía que había partido. Se equivocan. Russell Westbrook (26+15 y ¡0 rebotes!: primer 20+10+0 en postemproada desde Rodeny Strickland en mayo del 95), hasta entonces dedicado exclusivamente a la faceta de director de orquesta, empezó a anotar y a nutrir de regalos a Kanter para iniciar el despegue definitivo. Un golpe directo y certero al mentón de los texanos. La diferencia llegó a los 20 (73-93) tras el enésimo rebote ofensivo del pívot turco. No es novedad. Los de Donovan (recordemos está protagonizando un duelo desde el banquillo con el que fuera su compañero en los Knicks 1987-88) dominan a su antojo en la pintura: 152-108 es el balance total en rechaces. Exacto, no hace falta ser un genio. Así, complicado. Mucho.

El último cuarto sobraba. Buena parte del público congregado en el American Airlines Center fue abandonando el pabellón mientras presenciaban como las hordas ‘thunder’ continuaban lanzando su artillería desde más allá del arco. Veremos qué línea adopta el partido del domingo. Si Dallas logra maniatar a los pupilos de Billy o, por el contrario, seguimos asistiendo a una masacre. Pase lo que pase, o cambian mucho las cosas, o tiene pinta que los Mavericks seguirán condenados a no ganar una sola eliminatoria de Playoffs desde que en 2011 conquistarán su primer anillo.