El pasado miércoles el FC Barcelona presentaba el modelo de futuro de la sección de baloncesto donde se iba a potenciar y primar la cantera para el primer equipo. Sobre el papel, buenas intenciones, pero la realidad muy distinta.

En las últimas dieciséis temporadas (2000-2001 a 2015-2016) el club azulgrana ha fichado a 79 jugadores mientras que los cinco entrenadores que han estado al frente del primer equipo: Xavi Pascual (2008-2016), Dusko Ivanovic (2005-2007), Joan Montes (2004-2005), Svetislav Pesic (2002-2004) y Aíto García Reneses (2000-2002) probaron a 26 jugadores de la cantera azulgrana.

De esos futuros proyectos de la cantera sólo Víctor Sada (2003-2013), el croata 'exportado' Mario Hezonja (2012-2015), ahora en la NBA, y Marcus Eriksson (2015-2017) -estuvo cedido al Manresa (2013-2014)- han tenido protagonismo en el primer equipo. El resto, a excepción de tres jugadores: el ala-pívot Albert Moncasi, que jugó 17 partidos en la temporada 2007-2008; El pívot Ramón Espuña, 11 en la 2004-2005, y el alero César Bravo, 17 en la 2002-2003, han pasado desapercibidos.

Otros 'exportados' como el bosnio Nihad Djedovic, estuvo en la cantera azulgrana de 2006 a 2012, jugó dos partidos en la temporada 2007-2008 y ahora está en las filas del Bayern Munich. También el pívot senegalés Papa Mbaye, de 26 años, llegó al Barcelona en la temporada 2008-2009, ha jugado cuatro partidos en el primer equipo y sigue en el Barcelona 'B'.

Lo cierto es que en el actual Barcelona sólo Juan Carlos Navarro y Marcus Eriksson vienen de la cantera. Mientras, los nombres de Lude Hakansson, del escolta manresano Marc García, el MVP del Europeo Sub-20, que aún no ha jugado un sólo partido con el primer equipo o del ala pívot gerundense Eric Vila, de 18 años, en el club desde 2010 y una de las promesas del baloncesto europeo. En la temporada 2014-2015 fue el jugador más joven del Barcelona en debutar con el primer equipo; ahora está en la NCAA de Estados Unidos.

Con una veintena de canteranos que se han quedado por el camino, el nuevo rumbo del baloncesto azulgrana parece complicado. Además, las palabras de Albert Soler, director de los deportes profesionales del club, suenan a medio y largo plazo. "Tenemos que llenar el Nuevo Palau, (que no estará listo hasta 2020, ilusionarse con él y tener un equipo que no sólo sea competitivo, sino que gane con gente de la casa", comentó el miércoles.

Pere Capdevila, responsable del baloncesto de base del club, reconoció que: "A pesar del alto nivel mostrado, para nosotros no es suficiente. Tenemos que conseguir, con más regularidad, ser la mejor escuela formativa del mundo. Nuestro trabajo debe ser preparar jugadores para que puedan dar el salto y así nutrir al primer equipo. Nuestra prioridad, pues, no es ganar títulos. Es la formación". Una complicada disyuntiva por la exigencia de títulos que se le exige al primer equipo.