"Hubo un momento en el que ni siquiera pensaba en el baloncesto. Simplemente era feliz por seguir vivo". Chris Bosh se sentía completamente desvasado tras sufrir en febrero de 2015 un coágulo pulmonar. Se recuperó y pudo disputar desde el inicio el curso 2015-16. Sin embargo, en febrero de este año, la misma dolencia se le reprodujo en la pantorrilla. Tocaba pasar de nuevo por el mismo calvario. "Al ver a los médicos del equipo me dijeron que la temporada se había terminado para mí y que, probablemente, mi carrera se había acabado", explica en un documental emitido en la plataforma 'Uninterrupted' y producido por el mismo jugador.

Unos vaticinios que en ningún momento pensó en aceptar. "No era una cuestión de si volvería a jugar, sino de cuándo. Así que cogí el toro por los cuernos", relata. Desde entonces, las informaciones provenientes tanto desde el lado de los Heat y del propio ala-pívot han sido confusas. Hasta llegar al día de hoy. Bosh ya anunció hace unos días que está listo para inicial con la franquicia de Miami la pretemporada (arranca el próximo día 27). No obstante, en los Heat siguen mostrándose más precavidos. Tal y como informa Brian Windhorst (ESPN), el equipo está dispuesto a "darle la bienvenida de cara al training camp", si bien no "está cómodo a la hora de darle el alta para que pueda a jugar a largo plazo". ¿Cuándo podremos ver de nuevo a Bosh sobre un parqué jugando un partido oficial con normalidad? La incógnita continúa.