Los New York Knicks están dando los pasos correctos para mejorar, pero esto es la NBA y los tiros hay que meterlos. En la noche del martes, los pupilos de Honacek no pudieron derrotar en el Palace de Auburn Hills a unos Pistons más hechos y más acertados (aún sin Reggie Jackson).

Los locales, que rompieron a los neoyorquinos por las alas (25 de Tobias Harris, 22 de Marcus Morris y 19 de Caldwell-Pope), jugaron un partido serio, digno de un equipo entrenado por Stan Van Gundy, pero hubieran tenido problemas para asegurar el triunfo de no ser por el poco acierto knickerbocker (40% en tiros de campo, 31% en triples).

Carmelo Anthony, que libró una bonita batalla en los seis metros con Marcus Morris (se la llevó el de los Pistons), perdió esa chispa que le había puesto en 22 puntos con 7/10 en tiros mediado el tercer cuarto para acabar con 'solo' 24 en 8/18. Los bases visitantes (Rose+Jennings) anotaron sin parar en la primera mitad, pero también perdieron efectividad en la segunda: 23 puntos al descanso, 31 totales. Y además, siguen sin repartir lo que deberían (5 asistencias entre los dos). Aunque de eso ya se encarga el bueno de Noah (8 pases de canasta y un air ball desde seis metros que generó unas cuantas carcajadas en las redes sociales).

La mejor noticia para los visitantes es que se vio un cambio importante en lo que al nivel de implicación de Kristaps Porzingis se refiere. El letón no estuvo acertado durante gran parte del partido (18 puntos, 7/18 en los tiros), pero esta vez si fue la segunda vía en ataque posicional (necesario).  

Por parte de los Pistons, tercer victoria consecutiva de un bloque que funciona cada día mejor. Las Construcciones Van Gundy darán que hablar (y mucho) en los próximos años.