Sin Derrick Rose (espasmos en la espalda), con el peor Carmelo Anthony y en segunda noche de back-to-back contra los campeones de la NBA. Exacto, a los New York Knicks no les fue bien. Tras ganar cuatro consecutivos y 9 de 12, los de la Gran Manzana fueron vapuleados sin demasiado esfuerzo por el ordenado ejército de LeBron James (25+6+7). Desde el 22-13 de unos primeros minutos en los que Kevin Love volvió a marcar diferencias hasta un final que tardó mucho tiempo en llegar. Un par de coletazos de pez fuera del agua y poco más. Una vez más: partido grande en el Este, triunfo de los Cavs.

Fueron 126 puntos y pudieron ser más. Los Knicks, que son el cuarto peor equipo en Rating defensivo (+108 puntos cada 100 posesiones), permitieron que los visitantes lanzaran solos desde el triple durante toda la noche. Al final, 22/40 y 66 puntos desde la larga distancia con un 55% de acierto. Y porque no tiraron más...

Con el peor Carmelo de siempre en sus duelos contra LeBron (ocho puntos, seguramente cansado del esfuerzo que había hecho el día anterior ante los Heat), los locales quedaron en manos de un Brandon Jennings que bastante hizo sobre el parqué (16+4+3). Porzingis arrancó bien (12 puntos, dos triples), pero se fue difuminando hasta quedar en nada con le paso de los minutos.

Los Cavs ni siquiera necesitaron pisar el acelerador. Les bastó con su habitual acierto exterior (son el segundo equipo que más mete y el equipo que mejor tira: 13,8 con un 40,1%) y cierta intensidad defensiva en la zona para forzar malas posesiones locales y poder salir rápido en transición (23 puntos a la contra). Además, ganaron la batalla del rebote (una de las claves), robaron más, perdieron menos balones y viajaron 16 veces más a la línea de personal (los detalles...). En el Este no tiene rival. Les da hasta para jugar...

Tras la derrota, los Knicks son sextos en el Este con un récord de 12 victorias y 10 derrotas mientras los Cavs siguen al frente de una clasificación que tiene nombre y apellido: LeBron James.