Los Sixers soñaban con ganar su tercer partido consecutivo tras las dos victorias logradas ante Pelicans y Pistons, algo que no ocurre desde que llegaron a cuatro seguidas entre el 9 de diciembre de 2013 y el 4 de enero de 2014. Pero no pudo ser. Toronto Raptors se llevó el triunfo de Philadelphia (114-123) y ya suman 10 partidos ganados de los últimos 11. Están 11 encuentros por encima del 50%. Magnifica marca para un conjunto que inició mal el partido ante el empuje local.

Con la pareja de Joel Embiid-Okafor en pista, los Sixers llegaron al final del primer cuarto tres arriba (25-22). Sin embargo, cualquier tipo de ilusión fue rota por el empuje constante de Lowry (20 puntos) y DeRozan (31). El escolta consiguió su segundo partido consecutivo con tres decenas o más de puntos y promedia 27,9 tantos en lo que llevamos de temporada (quinto máximo de la Liga). "Es mi ética de trabajo, sólo trato de mejorar cada año", comentó el escolta que no tuvo problemas contra la defensa de los Sixers.

El equipo de Philadelphia vio sus opciones disiparse al terminar el tercer periodo. En ese momento, la diferencia a favor de los Raptors era de 16 (74-90), a pesar del buen encuentro de Covington (26) y de Sergio Rodríguez. El base español acabó con 17 puntos en su vuelta a las canchas tras no jugar contra Detroit por problemas gástricos. Es la undécima vez este curso que anota 10 o más tantos. Además, logró 5 asistencias.

Al margen de la derrota, los Sixers tuvieron una gran noticia. Ben Simmons, su número uno del draft, se sentó por primera vez en el banquillo junto a sus compañeros. El rookie no ha debutado esta temporada por una lesión en el pie derecho sufrida durante la pretemporada. Aún no hay fecha para su regreso, aunque se espera que sea en enero.