All Star de 2015: Chris Bosh es elegido por los entrenadores para integrar el roster de la Conferencia Este en el All Star Game de New York. Unos días después salta la noticia: es baja indefinida por unos coágulos de sangre.

Tras recuperarse y competir con los Heat, misma historia. Llega el All Star y Bosh recae de sus problemas. Es baja en el All Star Game -sí jugó el de 2015- y al regresar a la competición las noticias son peores: Bosh ha recaído y es baja de larga duración. Desde entonces, Bosh y los Heat han mantenido un tira y afloja con la franquicia frenando las ansias por jugar del ala pívot, dos veces ganador de la NBA en Florida.

Su mujer hizo campaña para que permitieran jugar a Bosh, él mismo quiso conseguir el visto bueno médico en vano y finalmente vio cómo su carrera daba un giro de 180º: Miami no le iba a dejar jugar. Pat Riley llegó a decir que su carrera con los Heat estaba "acabada".

Ahora sigue sin decir si volverá y no se pronuncia sobre su estado físico pero Chris Bosh vuelve a ser noticia. Se dejó ver en el CES de Las Vegas, una convención de artículos tecnológicos, y allí dejó entrever que sabe que el final se acerca: "Estoy probando lo que sería un retiro". 

"Tengo que seguir mis pasiones y seguir con lo que quiero. Usar mi tiempo libre para responder a ese tipo de cuestiones y superar mis malos sentimientos y un pequeño caso de depresión. Ir de verdad a por lo que estoy buscando. Es tan sencillo como seguir a mi corazón y lo que me hace feliz", dijo Bosh. 

A pesar de que no se vestirá de corto esta temporada, Bosh cobrará algo más de 25 millones de dólares por la presente temporada. Miami cortará al ala pívot antes de marzo para, al menos, quitarse del límite salarial el que es su contrato más abultado de cara a las dos próximas temporadas. Eso no influye a Bosh, que cobrará 50 millones más por las temporadas 2017-18 y 2018-19.