ZALGIRIS 59 - REAL MADRID 74

Thompkins congela Kaunas con tres triples consecutivos

El Madrid rompió al Zalgiris en el inicio del último cuarto con un parcial de 0-14 y protagonismo del pívot. Buena aportación de Hunter y Ayón. Carroll no falló un triple: 3 de 3.

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En esta Euroliga no hay pez chico, si acaso tiburones menos grandes. Y eso es el Zalgiris, un buen equipo con un magnífico pabellón capaz de darle un bocado a cualquiera. Aunque tampoco pudo hincarle esta vez el diente a un Madrid que se le atraganta de continuo: siete victorias blancas en las últimas ocho visitas a Kaunas. Los de Laso no deslumbraron, pero sí ofrecieron su versión más seria como colectivo para vencer fuera de casa. La asignatura más difícil del torneo continental, donde solo se consiguen un 34% de éxitos a domicilio. El balance del Real es ahora positivo: cinco triunfos en nueve salidas. Solo el CSKA y el Olympiacos superan también ese listón. Nadie más.

El Madrid firmó un partido responsable, lejos de la imagen dada ante el Andorra y el Joventut. Una actuación sin aportación anotadora de los bajitos, de Llull, Doncic y Rudy, en realidad de todo el perímetro salvo de Carroll, que rompió su racha negativa y no falló un triple: 3 de 3. Los exteriores sumaron apenas 29 tantos por 45 de los pívots.

Protagonismo para el Hunter más incisivo y también para un Thompkins que congeló Kaunas. Derramó las ilusiones que el Zalgiris y sus 13.000 seguidores habían levantado en un buen tercer cuarto (20-12). Y lo hizo con tres triples consecutivos en menos de tres minutos para espolear el parcial que resquebrajó el duelo. Añádanle algún robo por buena colocación. Un 0-14 al que dieron continuidad un mate de Hunter y una diana de Carroll. Del empate a 53 al 53-67 del minuto 34. Doncic iba entonces a los mandos (de más a menos) mientras Llull lo veía desde el banco tras intentar forzar la máquina al final del tercer periodo. Antes, en la primera parte, había repartido siete de sus ocho asistencias en modo sosegado. Menos entregado a la acción individual.

Bien Hunter y bien Ayón. Hicieron daño en ataque aunque cedieron el rebote al Zalgiris, donde la actividad de Lima y la sobriedad de Jankunas, el Reyes lituano, fue el único pilar que le quedó en pie a Jasikevicius. Ni Westermann ni Pangos ni Milaknis aparecieron. Tampoco Motum. El Madrid elevó su intensidad y solo encajó una canasta en juego en el último cuarto, seis puntos. Descuajaringó ahí al rival. Gran labor atrás de Rudy, que sumó cinco asistencias pero al que le cuesta ver aro. Tendencia que parece agravarse. A cero se quedaron Randolph y un Taylor que volvía en ausencia de Maciulis (amigdalitis). A Draper se le vio más decidido y Reyes celebró su partido 1.100 en la élite sin ruido pero con nueces. Cuarto triunfo seguido del Real en plena persecución del CSKA.