La eliminatoria con un pronóstico más incierto antes de los playoffs ha sido la primera en terminar. Paseo del Fenerbahçe frente al Panathinaikos (0-3) y billete para la Final Four de Estambul, donde los de Obradovic serán los locales y casi tan favoritos ya en las apuestas como el CSKA. Puede que haya más equipos turcos en la cita (19 y 21 de mayo), pero ninguno contará con tanto apoyo en las gradas del Sinan Erdem. Bastante más de la mitad del aforo llevará sus colores, el amarillo y el azul. En Madrid, hace dos años, superaban en número en el Palacio a la hincha blanca. Ser campeones de Europa por primera vez es el gran sueño del club y de baloncesto turco. Y en el banquillo, alguien que ha ganado ocho títulos con cuatro equipos diferentes.

Obradovic ya prepara ‘su’ Final Four por tierra, mar y aire: “Los aficionados crearon un ambiente increíble en el tercer partido ante el Panathinaikos y los jugadores tuvieron una noche inolvidable”, pero... Siempre, hay un pero para el serbio, una vuelta de tuerca más: “Cometimos 19 pérdidas y solo robamos tres balones, ese fue nuestro problema más grave. Tenemos que trabajar para saber manejar la presión, es algo muy importante”.

En la Final Four toda esa presión estará puesta sobre los hombros de un equipo que en los últimos cinco partidos (ante el Madrid, el Barça y los tres duelos con el PAO) ha encajado apenas 64 puntos de media. Su nivel defensivo es tremendo, ajustado al máximo a las exigencias arbitrales de la Euroliga y con el ‘ogro’ Udoh atemorizando en la zona, mientras que en ataque asoma ya el mejor Bogdanovic (Bogdan) tras un año acosado por las lesiones. Su rival será el Real Madrid o el Darussafaka, aunque los dos candidatos andan en batalla directa y tienen de momento otras cosas en las que pensar.