Mientras en el Oracle Arena de Oakland las Finales 2017 echaban a andar con las primeras comparecencias ante la prensa y los primeros entrenamientos sobre el terreno de (como mínimo) los dos primeros partidos de la serie, noticias más desagradables llegaban desde el sur de California: una residencia de LeBron James en Los Angeles había amanecido con pintadas racistas cuyo contenido exacto todavía no ha desvelado la policía de L.A., que está tratando el caso como delito de odio.

"Es duro ser negro en América. El racismo será siempre parte del mundo, parte de Estados Unidos", señaló el alero al ser preguntado por este acto vandálico. La casa se encuentra en el barrio de Brentwood y las pintadas aparecieron en la puerta, que de cubierta de inmediato. LeBron es dueño de la propiedad, de casi 900 metros cuadrados, desde 2015 y pagó por ella casi 21 millones de dólares.