Three in a row", o lo que es lo mismo, tres seguidos. Eso es lo que busca el Maccabi de Tel Aviv, empeñado en que nadie le tosa en Europa. Ahí está Anthony Parker, MVP de la Final Four de la pasada temporada, el gran culpable de que el Tau hiciera las maletas antes de tiempo. No está Jasikevicius, pero está él. Con eso basta. Cruza el lobby del hotel sin prisas, sabedor de que todo lo que tiene que decir lo dirá en la pista. "Aquí no hay favoritos. Por esto es una Final Four", comenta, mientras posa junto a un aficionado israelí, uno más de los casi los 9.000 que han teñido de amarillo el Stare Mesto (casco antiguo de Praga).

Parker quiere hacer historia junto a Pini Gershon, su entrenador, que puede convertirse junto a Alexander Gomelski en el único en la historia en ser campeón de Europa tres veces consecutivas (el ruso lo fue con el ASK Riga en el arranque de la competición). Quiere ser un hombre récord. Parker, líder de la expedición de un Maccabi comandada por Gershon, el showman de la Euroliga. "No me digáis que hable del CSKA, ya lo sabéis todo sobre él. Tiene a un gran técnico y a una plantilla que sabe jugar bien a esto. Preguntádle a Ettore", comenta el técnico del Maccabi. Pero nadie se atreve a preguntarle a Ettore a tenor de lo que el italiano "disparó" en la rueda de prensa previa a la semifinal. Incluso aludió al Barcelona-Milán de Champions. "Ya lo dije ayer", comenta, eludiendo hablar del gol anulado a Shevchenko en el Camp Nou...

Papalukas: "No vine de turismo"

En Praga se habla de una final de la Euroliga sin españoles en la que el Maccabi busca hacer historia -puede igualar al ASK Riga y a la Jugoplastika como el único el equipo en ser campeón de Europa tres veces consecutivas- frente a un CSKA que llega a su cuarta Final Four seguida con Papalukas a la cabeza. "Yo no he venido aquí de turismo", nos cuenta el base-escolta-alero. Y no sé por qué, pero todo lo que nos cuenta Theodoros nos lo creemos. Aunque sea en griego-español.