WARRIOS 127 - LAKERS 104

Peor arranque para los Lakers desde que están en Los Ángeles

No cosechaban un 0-4 de inicio desde 1957, cuando aún jugaban en Minneapolis. Un buen Kobe (28 tantos) no pudo hacer nada ante un descomunal Klay Thompson (41 puntos).

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Klay Thompson y Stephen Curry se gustaron en el Oracle ante unos Lakers que no pudieron seguir el ritmo de los Warriors y que acabaron cayendo con estrépito (104-127). Si bien el marcador no refleja lo sucedido en la cancha, donde los angelinos se mantuvieron con vida bien entrado el último cuarto (94-101 tras mate de Hill a 7:37 para el final), lo cierto es que la derrota supone el peor arranque (0-4) para la franquicia desde que esta se mudara a Los Ángeles en 1960. Desde la temporada 1957-58, aún en Minneapolis, no cosechaban cuatro derrotas en sus cuatro primero partidos.

Tras un calendario complicado en la primera sermana, el objetivo a corto plazo no deber ser otro que el de intentar ganar uno de los tres próximos partidos (en casa ante los Suns y Hornets antes de ir a Memphis) para evitar así igualar el 0-7 de 1957 y evitar sumar un récord negativo más en uno de los equipos más legendarios, admirados y respetados del deporte mundial.

"Todavía tenemos mucho que mejorar, pero estamos yendo en la dirección correcta. Simplemente tenemos que seguir esta dirección", analizaba Kobe tras el encuentro. Junto con Jordan Hill (23 tantos), el escolta volvió a ser el líder de los Lakers con sus 28 puntos y seis rebotes pese a sumar siete pérdidas de balón. En medio del desastroso inicio de la era Byron Scott, plagado de contratiempos e infortunios en forma de lesiones (Steve Nash y la gran esperanza Julius Randle se pierden la temporada y Nick Young sigue siendo baja), el regreso de Bryant al máximo nivel es de las pocas noticias positivas en LA.

Mientras la Mamba Negra se mantuvo enchufada el partido seguía vivo. No obstante, un descomunal Klay Thompson irrumpió a mediados del último periodo para con 11 puntos en cuatro minutos acabar sentenciando a los angelinos. El escolta celebró su renovación con la mejor marca anotadora de su carrera: 41 puntos (la máxima en lo que va de curso) en sólo 34 minutos. "No voy a mentir, es un gran hito. Es algo sobre lo que algún día me acordaré y diré: 'fue genial", reconocía el protagonista de la noche, quien firmó 14/18 en tiros de campo (5/7 en triple y 8/9 en libres. "Fue divertido ver cómo la estrella en ciernes intenta quitar su sitio al hombre que ha sido el mejor los últimos 15 años", analizaba un pletórico Steve Kerr. Pero Thompson no estuvo solo. Stephen Curry le secundó con sus 31 puntos y 10 asistencias. Toda una losa para unos Lakers que intentan evitar su caída libre. Para lograrlo, al menos pueden decir que cuentan con Kobe Bryant.