Kobe, 39 puntos; Los Lakers, 0-5

Antes del partido, Byron Scott animó a sus Lakers a jugar como si fuera "un séptimo de playoffs". Los Lakers perdieron, seguramente porque perderían sin duda un séptimo partido de playoffs ante casi cualquier rival. Compitieron, llegaron a dos puntos de los Suns al último minuto... pero perdieron. Esa es su tónica de la temporada. No están siendo ridiculizados, pudieron ganar a los Clippers y han podido ganar a los Suns. Pero pierden siempre: 0-5 ya, igual que en 1957. Entonces, todavía en Minneapolis, alcanzaron un 0-7 para un total en la temporada de 19-53. Ese 0-7 está muy a tiro ahora. El próximo partido es el domingo, en el Staples y ante los Hornets. Su ocasión de oro a la vista de lo que viene después: visitan Memphis y Nueva Orleans, reciben a Spurs y Warriors y viajan a Atlanta, Houston y Dallas. Así que no es descabellado pensar en unos Lakers en 0-13. El calendario no ayuda (los rivales que han tenido hasta ahora marchan con un combinado de triunfos de 14-2) pero es que en el Oeste el calendario nunca ayuda...

Los Lakers se las apañaron para remar hasta llegar vivos al final, donde se quedaron cortos. Entre Bledsoe, Markieff Morris y un triple letal de PJ Tucker (su única canasta) se llevaron el triunfo para unos Suns que marchan 3-1, felices y viviendo más de las explosiones de Thomas y Green que del, por ahora moderado, caudal de juego de Dragic y Bledsoe. Todo llegará para un equipo que quiere pelear otra vez por los playoffs.Y que anotó 112 puntos para dejar a los Lakers con un total de 584 encajados en cinco partidos, números que en 20 años sólo habían firmado los Warriors en al temporada 2007-08 y que arrojan una media de casi 117 por partido, bastante peor que la de Mike D'Antoni y una losa para Byron Scott, que se esfuerza en hacer mejor a un equipo que, sencillamente, no tiene suficientes especialistas defensivos.

Todo queda finalmente en manos de Kobe Bryant, que casi no descansó en un equipo cuyos suplentes perdieron 17-53 el duelo con los de los Suns. Entre debates sobre los minutos que le daría Byron Scott, se fue a más de 44, tiró 37 veces (14/37) y acabó con 39 puntos, 9 rebotes... y sólo una asistencia. Muy solo, más allá del trabajo de Jordan Hill (15 puntos, 15 rebotes), experto en sacar partido en ataque a los tiros fallados por el propio Kobe.

Kobe, por ahora, no pierde el ánimo ni la imagen de ancla de la franquicia. Horas después de declarar la vigencia de su espíritu laker, dejó claro que por ahora no soplará y soplará hasta derribar una casa que apenas se tiene en pie: "Es fácil criticar que tiras 37 veces sin fijarse en todo el trabajo que hay detrás de esos tiros. Este equipo tiene que ser tozudo como una mula. Pierdes cinco seguidos, también puedes ganarlos después. Todo lo que hay que hacer ahora es conseguir una maldita victoria". Hay otro problema, ¿pueden los Lakers seguir apoyándose en partidos de 44 minutos y 37 tiros de Kobe?: "Seguramente no pueda cargar durante mucho tiempo con tanto peso... pero seguirá habiendo días en los que será necesario que lo haga". Pues eso.