El Bilbao demostró por qué está en la planta noble de la ACB. Decimotercera victoria. La clasificación le dispara anímicamente y uno de arriba ante un Fuenlabrada cerca del precipicio se acaba notando. La personalidad de los bilbaínos se impuso en una pista que se les atraganta siempre y en un partido con dientes de sierra, en el que un triple de Raúl López a 2:33 para acabar, cuando los madrileños gastaban su último cartucho, puso un 76-82 ya casi definitivo. La vuelta de Bertans dio más frescura a los pupilos de Sito, que tuvieron bajo el aro a un inmenso Marko Todorovic (50 de valoración junto con Williams). Quino Colom (10 asistencias) regresó al Fernando Martín, esta vez como visitante, y apuntilló a su exequipo con un gran tercer cuarto. Mumbrú también fue decisivo.

El cuadro vizcaíno no tiene término medio: o sale a cuchillo o recostado. Esta vez tocó cabezadita. El 12-4 después de triple de Miso y 40-28 a los 15 minutos dan fe de ello. Jugó muy blando y tardó en recordar al Fuenla que lo suyo es sentir angustia. Panko tenía el balón muy cómodo, podía acunarlo y acabar como si tal cosa. Los madrileños se encontraron con posiciones muy fáciles de tiro, Alberto Díaz tenía la consigna de atacar a Colom y las canastas, a borbotones, se les caían de los bolsillos. De aquí que triplicasen en rebotes al rival y superasen el 50% en tiros de tres. Todos participaban, nadie se quedaba al margen, tal vez el único Clark, ese jugador que no conoce la defensa y enemistado con los tiros de dos. Los hombres de negro estaban pesados, con un ataque atropellado y sin llegar a los rincones adecuados.

Burt anotó un triple para poner la máxima distancia a -4:48 para el descanso: 40-28. Sito buscaba en su baúl de fórmulas revolucionarias y encontró un rato el marcaje sorprendente de Colom sobre Panko. Latavious y Marko Todorovic por dentro y los tres bases, todo un desafío. El caso es que le frenó el ritmo al máximo anotador de la Liga. Cuando no está él en pista o Akindele, el Fuenla lo nota mucho. El nigeriano pasó ayer unas horas en el hospital y llevaba dos noches con fiebre por la gripe. Se tomó un respiro, con Digné en su lugar, y Marko Todorovic se puso chato: hizo diez putos en tres minutos demostrando que en este juego el físico no lo hace todo. Su baile de pies es canelita en rama. El partido volvió a cobrar equilibrio: 40-38, tras los dos primeros puntos de Colom.

Los bilbaínos desperdiciaron tres jugadas para ponerse delante y lo lograron a -17:44 (44-45) con Mumbrú bajo el aro. El alero internacional está inmenso en el tiro y equilibró su juego pisando la pintura de vez en cuando. Un 0-11 con Colom superlativo condujo hasta el 44-51. Pero en 1,9 segundos para cerrar el primer tiempo Burt recibió, dio unos pasos de aproximación y anotó un triple que encendió la llama de la esperanza del Montakit. Éste sólo podía regresar a la escena con una reacción rápida y la logró con un 8-0 en tres minutos (66-70). El Bilbao se metió en bonus de tiro en cuatro minutos y sintió cierto vértigo. Pero un triple de Raúl y la infinita confianza que tiene en lo que hace, le llevó a la victoria número 13. Junto con el Joventut, sigue metiendo presión a Barça y Madrid en la parte alta. Colom y Bertans, en una gran bandeja sacada desde debajo de los brazos de su par, abrocharon el partido en el que Sito acabó haciendo cambios de balonmano, con Raúl López en ataque y Latavious en defensa.