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WARRIORS 106-PELICANS 99 (1-0)

Anthony Davis desafía a la lógica

Los Warriors ganaron como estaba cantado pero casi dejan escapar una ventaja de 25 puntos... por la explosión descomunal de Davis en su primer partido de playoffs.

Actualizado a
Anthony Davis desafía a la lógica
Thearon W. HendersonAFP
NBANBA

¿Dónde estabas el 18 de abril de 2015? Recuérdalo porque quizá este partido no signifique nada… pero quizá signifique mucho. El primero en la ruta de estos Warriors, que acaban de firmar una de las seis o siete mejores Regular Season de la historia y que quizá (otra vez sólo quizá…) sean campeones dentro unas semanas. Y el primero en playoffs para Anthony Davis, un fenómeno de la naturaleza que tiene en sus piernas híper elásticas y en sus brazos kilométricos más de uno anillo y más de un MVP. Es su destino. Viéndole jugar da la sensación de que si no median lesiones graves o desgracias imprevistas debería ser así. Tiene que ser así.

Anthony Davis cumplió hace poco más de un mes 22 años. Cuando salió de Kentucky con el cantadísimo número 1 del draft de 2012 se esperaba de él que se convirtiera en un jugador generacional, una especie de Kevin Garnett 2.0. Pero seguramente no se esperaba, ni se le exigía, que esa transformación apenas le llevara tres años. Como rookie firmó 13,5 puntos, 8,2 rebotes, 1 asistencia, 1,2 robos y 1,8 tapones por partido. En sólo dos años está en 24,4, 10,2, 2,2, 1,5 y 2,9. Ha jugado dos All Star, ha sido ya campeón olímpico y del Mundo con el Team USA y se empeñó en meter en playoffs a los Pelicans ya. Con la coartada de las lesiones de los Thunder y el hándicap de las de su equipo, las suyas incluidas. Lo hizo y debutó en playoffs en la caldera del Oracle Arena, donde los Warriors han perdido dos partidos en toda la temporada (el último el 27 de enero). Y donde la mejor defensa de la NBA le martirizó durante más de medio partido: al descanso llevaba 11 puntos y 1 rebotes por 3 pérdidas. Pero ante las 20.000 que bullían en ese infierno de Coliseum Way, Davis rompió tras el descanso para terminar con 35 puntos, 7 rebotes y 4 tapones. En su primer partido en playoffs. Con 22 años. Y después de más de dos cuartos francamente olvidables.

Davis anotó 20 puntos en el último cuarto con un recital asombroso de movimientos al poste, tiros desde media distancia y vuelos sencillamente imposibles. Lo que lleva haciendo toda la temporada pero en esa conjunción de lugar y momento en la que el vértigo se lleva a tantos por delante. Davis sacó de la UVI a su equipo (82-57, minuto 34) e, impulsado en un exceso de relajación de los Warriors, llevó las cosas hasta un 103-99 a falta de 20 segundos. Los Pelicans llevaban 46 puntos casi en el ecuador del tercer cuarto y habían perdido por lesión a Tyreke Evans. Pero a partir de Davis empujaron hasta acercarse a una remontada imposible. No ganaron, quizá no estuvieron nunca tan cerca como apuntaban esos últimos marcadores. Pero obligaron a los Warriors a jugar hasta el final con los titulares y con un ligero susto… y eso ya es algo. Como mínimo, un triunfo moral para un equipo que juega los playoffs con los deberes hechos y que vio que la fórmula pasa por jugar menos con un Asik al que el ritmo de los Warriors convierte en el troncomóvil y más con Anderson sumando más tiro al que ya aportan, alrededor de Davis (todo alrededor de Davis), Gordon y Pondexter. ¿Da para eliminar a los Warriors? No, desde luego. Mucho menos con una defensa que fue un coladero cuando los de Kerr jugaron con los cinco sentidos puestos en el partido, correcta (como suele...) en el perímetro a costa de dejar vendido el aro a pesar de tener a Asik y a un Davis que jugó un final de partido del que seguiremos hablando, como premonición o como simple aperitivo, dentro de muchos años.

Los Warriors, por su parte, jugaron un final de partido horrible, inaceptable para sus estándares pluscuamperfectos. Se complicaron la vida después de jugar un primer cuarto impecable (28-13) y de abrir después brecha cada vez que les venía en gana, como un gato con un ovillo de lana hasta ese 82-57 que parecía definitivo y que lo fue… pero no tanto. Se han ganado el derecho a que no se les cuestione por un mal cuarto, un trago al que les llevó un jugador superlativo cuando habían dejado ya de sudar. De su nivel histórico hemos hablado mucho: aquí, aquí o aquí. En mil sitios.

Stephen Curry se fue a 34 puntos a pesar de un 4/13 en triples y Klay Thompson terminó con 21 pero no jugó un buen partido. Como el banquillo, seguramente el mayor motivo de preocupación que dejó la noche para el que quiera buscar alguno en Oakland. Están 40-2 en casa incluido este triunfo, 68-15 total. Su marca es ya de 40-0 si el rival no llega a 100 puntos. Y durante más de medio partido Bogut demostró que hay pocos pívots como él en la NBA y Draymond Green que quizá no sea un jugador de máximo contrato para cualquier equipo… pero sí lo es desde luego para estos Warriors que deberán romper la hucha en verano (otra vez) para retener a un jugador que es su factor X. O más bien uno de los muchos que tienen. Porque hacen falta muchos para ganar tanto y tan bien. De momento han dado el primer paso y sólo queda ver si el resto de la eliminatoria se parece más a los primeros 34 minutos o a los últimos 14 de este partido inaugural. Suena a lo primero… con permiso de Anthony Davis, claro.